Relojes


Que marcan el paso de los años,
y por ellos
envejecemos.

No vaya a pensarse que existe el tiempo.
Sólo relojes
máquinas diabólicas
que dejan atrás todos los hermosos recuerdos de nuestras vidas.

El reloj
deja grabado en nuestras cabezas su infernal tic-tac.
Nos levanta,
nos acuesta.
Nos ordena,
hacemos lo que hacemos cuando él lo determina
y si no lo hacemos
cuando él lo ordena
un sentimiento de culpa
invade nuestras mentes.

No vaya a pensarse que existe libertad.
Sólo relojes
máquinas malditas
que borran instantes que no deberían ser borrados.

No sacamos nada con destruir Suiza.
Son deliciosos sus chocolates.




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