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En la época
del átomo y los campos de concentración, del ateísmo y la caída de los valores
morales, del culto a la técnica y al dinero, del libertinaje y el crimen contra la vida,
de la drogadicción, la soledad y la perdición del hombre-en tal tiempo, Dios escogió a
una sencilla monja polaca, Sor Faustina Kowalska, de la Congregación de la Madre de Dios
de la Misericordia, para recordar al mundo, a través de ella, el mensaje evangélico de
su misericordioso amor hacia el hombre, transmitir nuevas formas de culto e indicar los
caminos de un renacer religioso. |