La pobre calidad y las incongruencias argumentales de las novelas góticas fueron excusadas, al parecer, por la gran mayoría de los lectores, que las disfrutaban y olvidaban con rapidez; pero hubo al menos dos autores que tomaron una prudente distancia crítica frente a esta marea de la moda literaria y lo hicieron para señalar mediante la sátira o la reflexion con libros sumamente interesantes; es el caso de Jane Austen y de Thomas Peacock. Son autores bien disímiles, y por eso valiosos: una representa la posición del "sentido comun" de una mujer no particularmente instruida frente a los excesos de imaginación o de comportamiento de aquellos personajes que en las novelas góticas (asi como en las románticas posteriores) se dejaban llevar por las pasiones mas extremas; el otro ataca más bien la endeblez filosófica del movimiento romántico, desde la posición de un hombre culto y cínico.
Ambos nos sirven para notar que, si bien esta hipersensibilidad dominante y el irracionalismo naturalista, el individualismo, eran una corriente imparable y mayoritaria, había núcleos de crítica importante hacia esa literatura y esa posición ante la sociedad y ante la vida; núcleos, si se quiere, más "conservadores" y que están representados por Austen y Peacock.
Esta crítica abarca por igual a góticos y románticos, que comparten como decíamos antes importantes áreas en su estetica y en su percepcion del hecho estético, y en la naturaleza de su reaccion ante esa percepcion. Pero no es nuestra tarea el dividir lo que en ese momento no estaba dividido; la diferenciación goticos/románticos es menos interesante que su inicial tronco literario común, y estas críticas se refieren a ambos, a un tiempo en el que eran una posición global (literaria, social, crítica) y unica.
LA SÁTIRA INTELECTUAL DE THOMAS PEACOCK
LA CRÍTICA DE COSTUMBRES DE JANE AUSTEN