¿ESTAMOS ANTE EL FIN DE LA CIENCIA?
Por contra John Maddox en su libro "¿Que queda por descubrir?" (What remains to be discovered?) considera que los descubrimientos y los avances científicos acaban de empezar, que hay demasiados grandes vacíos en de conocimiento en la actualidad. Afirma que los nuevos descubrimientos amplían las fronteras de nuestra ignorancia.
Es cierto que la teoría de la relatividad afirma que no es posible superar la velocidad de la luz, que esta es su límite. La mecánica cuántica y el principio de incertidumbre restringen nuestra verdadera capacidad de predicción. La biología evolutiva nos recuerda que somos animales, aunque seamos también racionales, sobre los que opera la selección natural. La finitud de nuestra cerebro, la genética, la teoría de errores, etc. En 1980 el físico Stephen Hawking nos avanzó que el final de la física teórica estaba a la vista. Todo ello induce a pensar que efectivamente la ciencia nos dice que el conocimiento tiene unos límites y que el fin está próximo.
También es cierto que la ciencia sigue ocupándose de los mismos temas de siempre, nunca resueltos. Seguimos preguntándonos acerca del origen de universo, de la estructura de la materia. No sabemos nada acerca de la vida fuera de la tierra, ni tan siquiera si existe esta posibilidad. Tampoco conocemos como se concibe el conocimiento, ni tan siquiera el pensamiento, a través de los circuitos neuronales, tampoco conocidos con exactitud. Freud nos hace reflexionar acerca de lo poco que sabemos de nosotros mismos, aunque sea lo que tenemos más cerca y debiera ser lo que mejor conociéramos. De aquí se puede deducir lo mucho que nos queda aún por conocer, y no ya trivialidades, sino aspectos fundamentales.
Es posible que el progreso científico no se deba evaluar por el número de descubrimientos y avances, y que mientras más conocimiento tengamos en diferentes ámbitos, más fácilmente surgirán nuevos descubrimientos: que el conocimiento de lugar a más conocimiento. Es posible que todo esto permita darnos cuenta de lo poco que sabemos, de lo lejos que estaríamos del un conocimiento absoluto, si este realmente existiera. Es posible que muchas teorías que manejamos en la actualidad con plena confianza sean erróneas, aunque sirvan para desenvolvernos en nuestro mundo y nuestra cultura. También es posible que el progreso científico se pueda medir en la profundización de la forma de entender el mundo, y nosotros mismo. Pero también hay que tener en cuenta que las formas de entender el mudo evolucionan y difieren de unas culturas a otras, que más bien que objetivas son subjetivas.
Como vemos no es un problema fácil de tratar.
Todas las posturas tienen su parte de razón. Tampoco es fácil
hallar el "justo medio" aristotélico, pues hay términos que
no son fáciles de evaluar. Podríamos decir que hemos evolucionado
hacia ámbitos de la filosofía, que si no empeoran la discusión,
tampoco la aclaran en la medida de lo deseable. Pero si hay que apostar
yo lo hago sugiriendo que todavía queda mucho por vivir y mucho
por experiementar y descubrir.