Yo no sé si la quise pero andaba
conmigo,
me guiaba su risa por la ciudad tan gris.
Ella tenía en su boca colinas de
Ketama
y el cielo de sus ojos me pintaba de añil.
Yo vi tantas estrellas como ella puso siempre
en aquel cielo raso como un paño
de tul.
Ella llevaba el pelo como la Janis Joplin
y los labios morados como el Parfait-Amour.
La he perdido en un bosque de jeringas
brillantes
por donde nos decían que se llegaba
al mar;
se fue sobre un caballo de hermosos ojos
negros,
por más que yo me muera no la podré
olvidar.
Bajo el cielo ceniza me conducen mis piernas.
Esta noche no tengo ni esperanza ni amor.
Sólo queda el calor de mi pobre
navaja.
Hoy me he visto la cara de un retrato-robot.
A pesar de sus ojos he salido a la calle,
a pesar de sus ojos me ha tocado vivir.
En un barrio de muertos me trajeron al
mundo.
Esta noche canalla no respondo de mí.