Ciudad Iberoamericana

  Cartas de nuestros miembros:

 

Marcela (de Capital Federal). de Mario Benedetti.

 

No te quedes inmovil al borde del camino.

No congeles al jubilo.

No quieras con desgana.

No te salves ahora ni nunca.

No te salves.

No te llenes de calma.

No reserves del mundo sólo un rinco tranquilo.

No dejes caer los parpados pesados como juicios.

No te quedes sin labios.

No te duermas sin sueño.

No te pienses sin sangre.

No te juzgues sin tiempo.

Pero si pese a todo no puedes evitarlo

y congelas al jubilo,

y quieres con desgana,

y te salvas ahora,

y te llenas de calma,

y reservas del mundo sólo un rincon tranquilo,

y dejas caer los parpados pesados como juicios.

y te secas los labios,

y te duermes sin sueño,

y te piensas sin sangre,

y te juzgas sin tiempo,

y te quedas inmovil al borde del camino,

y te salvas,

entonces no te quedes conmigo.

 

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