[La americana AOL, con la huelga europea]

Jaume Aràjol
Clientes del teléfono de 15 países dejaron de utilizar sus terminales y sus módems el pasado domingo en protesta por las tarifas telefónicas que se aplican en el viejo continente. Diversas organizaciones de Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, España, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Hungría, Italia, Polonia, Portugal, Rumania, Suecia y Suiza, llamaron a los usuarios de sus respectivos países a no utilizar el teléfono durante 24 horas.

Es la segunda vez que se realiza una protesta de este tipo a nivel europeo. En enero, cinco países (Bélgica, España, Italia, Inglaterra y Alemania) efectuaron la primera de estas huelgas conjuntas, aunque también había habido otras movilizaciones similares a nivel nacional. En España, pionera en estas protestas, es la cuarta convocatoria de huelga de conexión que se produce desde la fuerte subida de tarifas locales que se produjo el pasado mes de agosto.

El denominador común de las protestas es la reivindicación de una bajada de tarifas, con el adecuamiento del precio de las llamadas al coste real de las mismas, y el establecimiento de una tarifa plana para las comunicaciones locales, como es la norma habitual en Estados Unidos desde que la división de la AT&T atribuyó a distintas compañías las llamadas locales y las de larga distancia.

En los países europeos, la liberalización de las telecomunicaciones no se generalizó hasta el año pasado y el fuerte predominio de las compañías que antaño fueron monopolistas todavía condiciona fuertemente el mercado.

La respuesta que esas operadoras dominantes han dado a las protestas ha sido hasta ahora tibia. En España, Telefónica presentó unos bonos de descuento que no han satisfecho a casi nadie y ha anunciado tarifa plana pero sólo para las conexiones que se establezcan con tecnología ADSL, cuyo coste previsto es de 5.000 pesetas al mes (más el precio del nuevo módem que se requiere) hace difícil su contratación por los clientes particulares.

En Francia, France Telecom ha presentado, con poco éxito, su propia versión de los bonos de descuento. La nueva propuesta no consiguió que los internautas franceses se descolgaran de la convocatoria.

Por su parte, la compañía dominante en el Reino Unido, British Telecom, ha empezado a ofrecer desde el mismo fin de semana de la huelga acceso gratuito a Internet precisamente los fines de semana, por medio de un equivalente a lo que en España son los números 900. Tampoco esta iniciativa ha bastado para que los organizadores ingleses de la protesta se desmarcaran de ella. Esta convocatoria ha sido apoyada por Tim Berners-Lee, el creador de la Worldwide Web.

En esta ocasión, la huelga de teléfonos colgados tuvo en España una incidencia del 36%, según datos que facilitó la empresa de control de audiencias Net Stat, después de comparar el tráfico del domingo pasado en 10.000 sitios elegidos aleatoriamente con el del domingo anterior. Hubo también un aumento de las webs que se unieron a la protesta, respecto a protestas anteriores.

La Asociación de Internautas tiene previsto hacer llegar un informe sobre la incidencia de la huelga y sus reivindicaciones a la Presidencia del Gobierno, a la Secretaría de Comunicaciones del Ministerio de Fomento y a Telefónica de España S.A. Según esta asociación, las operadoras están intentando atrasar al máximo la implantación de tarifas planas para las llamadas locales, hasta que la competencia con la industria del cable lo haga inevitable.

Al cierre de esta edición no se habían recibido datos sobre la repercusión en el resto de países europeos, pero las diferentes organizaciones se mostraban mayoritariamente satisfechas.

A pesar de la resistencia de las operadoras, el panorama telefónico en Europa está cambiando en los últimos meses. Las ofertas de acceso gratuito se han multiplicado en la mayoría de países, y parece claro que la implantación de las diferentes opciones de acceso a alta velocidad, como el cable o el ADSL, acercará las posibilidades de acceso a Internet sin límite de tiempo. Falta saber el precio.

Paolo Graziani de Notut, el grupo italiano organizador de la protesta, declaró: "Creemos que sólo la tarifa plana podría incrementar el comercio electrónico y, al mismo tiempo, toda la cultura y la economía de la vieja Europa. Internet es una revolución para nuestra mente, después lo será para nuestros negocios, pero sin tarifa plana sólo tendremos una revolución en nuestra ansiedad y nuestra prisa, prisa para ahorrar dinero no estando demasiado tiempo conectados".

Internet ha sido el primer escenario donde la unión europea se ha hecho efectiva de forma espontánea y por los propios ciudadanos, que han traspasado fronteras uniendo las reivindicaciones de los distintos países.

Parece que los propios usuarios han sido los primeros en darse cuenta de la importancia del uso de la red en todos los sectores, y de la importancia estratégica que este uso tiene y tendrá en un futuro muy próximo, sobre todo en el ámbito del comercio electrónico, en el que EE UU lleva una clara ventaja.

En estos momentos, apenas el 10% de sus 16 millones de abonados proceden de Europa. Mientras Yahoo! es el lugar más visitado en Inglaterra, Alemania y Francia, AOL ni es tan visitado ni tiene los abonados que preveían.

AOL ha bajado precios para captar socios tanto en Francia como en Inglaterra. Además, en Gran Bretaña, el imperio de Steve Case se ha encontrado con la agresividad comercial de British Telecom, de Virgin o de la cadena Dyson que regalan Internet. Si AOL en algún momento fue en Inglaterra el líder de proveedor de servicios a Internet, con sus 600.000 abonados, fue arrasado en cuanto salieron los proveedores gratuitos como Freeserve (doble de socios que AOL), subsidiados por las compañías telefónicas. AOL en Europa está sola. Por eso se ha visto a una multinacional (aunque sea del ciberespacio) enarbolando la bandera de la huelga contra las telefónicas.