Querido Padre :
Quisiera empezar esta misiva pidiendote desde lo mas profundo de mi corazón me perdones por no haber podido estar contigo en tus últimos dias; no sabes cuanto le pedí a Dios me de el poder de retroceder el tiempo y asi haber compartido contigo ese momento tan sublime, y tan personal, como fue para ti el encontrar esa luz de la que tanto nos hablaste y la cual te dió la paz eterna.
Hoy recien entiendo el porque deseaste que mi madre y mis hermanos nunca me dijeran realmente cuan seria se tornó tu enfermedad y cuyos malestares trataste de ocultar cada vez que conversaba contigo por teléfono desde los Estados Unidos; lo hiciste por protejerme, lo hiciste por evitar que me preocupe y que pierda esa concentración que todos los pilotos debemos tener durante cada vuelo por mas rutinario que sea. Tu siempre supiste que un milimétrico error en mi profesión, me podría costar la vida. Por eso fue que hiciste hasta lo imposible por evitar que me diera cuenta que ya estabas listo para inmortalizarte en mis recuerdos.
Padre mio, hoy lloro mas que nunca el tiempo que perdí. Hoy lloro mas que nunca el no haber tenido la suerte que tuvieron mis hermanos de haber compartido contigo los momentos mas sublimes de tu existencia, ya que decidí seguir tus pasos de valiente y ejemplar oficial de las Fuerzas Armadas de nuestro glorioso Perú, aun cuando sabía cuan sacrificada era la vida militar. Pero lo que jamás imaginé, te soy sincero, fue que algun dia iba a sacrificar tu último aliento de vida.
Quisiera que sepas también, que si bien es cierto estuvimos separados por la distancia, siempre estuviste en mis pensamientos y en lo mas profundo de mi corazón, y que fuiste para mí, mi mayor fuente de inspiración para seguir adelante. HASTA PRONTO MI CORONEL !!!!. Gracias por haberme dado la vida !.
Hoy, luego de tu ausencia pienso. Habrá valido realmente la pena el haber estado sirviendo a nuestra patria, sacrificando quizas muchos mas posibles recuerdos a tu lado?.
Yo creo que si. Yo creo que si porque tú en algun momento me lo dijiste. Me dijiste que cada paso en mi carrera era para ti como revivir aquellas ilusiones que tuviste de adolecente y que por azar del destino no se llegaron a cumplir. Ademas quiero que sepas que fuiste para mí, el Jose Abelardo Quiñones Gonzales que guió todos y cada uno de aquellos momentos que viví durante el conflicto con el Ecuador, y cuya inspiración me ayudó a sobrevivir la tensión de la guerra.
Yo creo que ahora no estaría con todos ustedes si no hubiese sido por ti. Aquellas palabras de aliento que recibí de parte tuya durante las breves conversaciones telefónicas que tuvimos a lo largo del conflicto, me ayudaron a cumplir aquella promesa que hice al recibir mi espada.Defender a mi Patria hasta con el sacrificio de mi propia vida.
Quizas mi nombre aparezca en los libros de historia por aquella hazaña que muchos de nuestros soldados escribieron con sangre, pero quisiera que sepas que nunca la hubieramos escrito sin usted mi Coronel. Para mi quizas la historia habría sido diferente si no hubiese contado con su apoyo asi como el de mi madre y el de mis hemanos. Quizá hubiese alcanzado esa luz eterna antes que usted mi Coronel; pero yo, gracias a esa preparación moral y patriótica que usted me inculcó desde niño, supe salir adelante.
Como olvidar aquel abrazo que me diste cuando retorné luego de la firma de la paz. Como olvidar aquellas lágrimas que derramaste luego de que me viste vivo al final de la guerra. Yo creo que fuiste tú el que mas lloraste porque sabías cuan afortunado eras de verme luego de un conflicto tan difícil como lo fue el del Cenepa, y mas aún, cuan orgulloso te sentiste de saber que tu primogénito habia cumplido tus mayores expectativas, y lo mejor de todo; estaba a tu lado para compartir tus sentimientos.
Padre mio, todos y cada uno de mis logros te los debo a ti y a mi adorada madre. Que sería de mi vida si no hubiera sido por los férreos principios morales que me inculcaste desde niño. Que sería de mi vida si no hubieses sido un padre ejemplar para mi. Hoy, solo le pido a Dios que me de la sabiduría que tuviste para poder educar a mis hijas del modo que tú lo hiciste con nosotros. Hoy le ruego a Dios me de la fortaleza moral y espiritual que tuviste durante todos los dias de tu existencia. Hoy le ruego a Dios que nuestra familia, no solo la familia Gómez - Vasquez, sino que ambas a la vez, sigan el ejemplo que mi abuelo Don Enrique y tú nos supieron dejar.
Hoy, a mis treinta y dos años de vida , luego de todos estos años juntos solo me queda decir : " GRACIAS PAPA " ; " DIOS TE BENDIGA ". Guíanos por el camino del bien tal cual siempre lo hiciste.Tu hijo que te admira y extraña.
Luis Enrique Gómez Vasquez Capitán Fuerza Aérea del Perú