historias de la puta mili
1. En la mili también se pasa frío.
2. Todo porque no había imaginaria.
3. Estrategia Efectiva.
4. Profesionales.
5. El come hierro.
5. Un Porrillo.
7. Papelitos.
8. El capitán guay.
9. Por casi.
Que buena idea la de crear una página con todas las historias del servicio militar. Te mando una anécdota para que la agregues. Es una historia para la categoría "putadas de los mandos".
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Teníamos un sargento que nos obligaba a dormir sólo en calzoncillos, aun en pleno invierno. Muchos de nosotros dormíamos también con camiseta y medias, las que nos sacábamos rápido antes de levantarnos, y por supuesto, antes de que el sargento se diera cuenta. Un día el sargento no me dio tiempo a sacarme la camiseta y las medias. No debo haber escuchado los primeros gritos para despertarnos y cuando lo hice él ya estaba al lado de mi cama. Tuve que salir de la cama medio vestido, contrariando lo ordenado por el sargento. Parece que el soldado es friolento -dijo el sargento refiriéndose a mí- Yo les voy a enseñar lo que es tener frío. Inmediatamente nos hizo desnudar y nos sacó "raneando" (haciendo salto de rana) al patio central. Eran las 5:30 de la mañana de un día de invierno. Hizo formar a toda la compañía, completamente en bolas, con las piernas separadas, las manos en la nuca, y uno bastante lejos del otro, de modo que el viento frío penetrara por todos lados. Yo estaba en la misma situación que los demás, pero delante de todos. Tenía a toda la compañía mirándome directamente a los ojos. El castigo era claro. No solamente el sargento nos iba a ser cagar de frío a todos un rato largo, sino que me iba a responsabilizar a mí, para que luego mis propios compañeros me dieran una "lección". Podía sentir la bronca de más de cien tipos parados en frente mio. -Soldados...miren a este marica. Por él están acá. Gracias a él se están cagando de frío.- A cada momento el sargento se encargaba de recordarles esto. Luego ordenó a un cabo traer una manguera. La cosa se ponía cada vez peor. -Cabo Alvarez, quiero a estas señoritas bien mojadas. -Sí mi sargento- contesto el cabo y comenzó su tarea. -Van a tener tanto frío que se les van a achicar los pocos huevos que tienen- se reía el sargento. Mientras tanto el cabo nos manguereaba uno por uno, de la cabeza los pies. Yo tuve la manguera apuntándome directamente al pecho por más de diez minutos. Después de dos horas terminó el castigo, pero no para mí. Todavía me faltaba el castigo de mis compañeros, el que no se hizo esperar. Esa misma noche mientras dormía me agarraron entre varios, me amordazaron y me llevaron a las duchas. El sargento había dado vía libre para que se ejecutara la "lección". Me dejaron de pie, desnudo y me colgaron de las muñecas con una soga a uno de los caños de las duchas. Tensaron bien la soga de modo que casi tenía que estar en puntas de pies para que no me dolieran los brazos. Trajeron mi borcegui. ¿Qué iban a hacer con el borceguí? No lo sabía. Me dijeron que iba a pagar por lo que les había hecho. -Sergio, cuélgaselo- dijo el cabecilla. Sergio se acerco y me colgó el borceguí de las bolas. No podía creerlo. Los que hicieron el servicio militar sabrán lo que pesan los borceguies del ejercito y para los que no lo saben les cuento que pesan mucho. -Pibe, avívate! La próxima vez que nos castiguen por tu culpa, en vez de un borceguí te vamos a colgar un adoquín. Que la pases bien, nosotros nos vamos a seguir durmiendo.- me dijo el cabecilla del grupo. Se burlaron un poco y se fueron. Ahí quede, atado, estirado de los brazos, en bolas y con el borceguí colgando de las pelotas. Así pasé casi toda la noche, hasta que uno de mis compañeros, que no había participado de la "lección", vino a las duchas a escondidas y me desató.
Alejandro Diaz Ruiz.-30 años.
Cierta vez, todo mi escuadrón se levantó media hora tarde, lo que en nuestro ejército es poco menos que un delito criminal. Bajamaos al patio de formación, junto al comedor, muy tranquilos, con el sargento a la cabeza. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando encontramos a todo el cuartel formado listo para desayunar, y al subteniente esperándosnos, furioso, con una gruesa tabla en las manos.
Apenas lo salúdabos, nos ordenó colocarnos en posición de trípode, o sea, con las piernas abiertas, inclinarse hasta tocar el suelo con la cabeza, y colocar los brazoas a la espalda, una torturita bastante molestosa. Entonces, uno por uno nos pasó golpeando fuertemente con el filo de la tabla al final de las pantorrillas, tres golpes a cada uno.
Después, ordenó que nos quitáramos las camisas (era las 05h 30 y havía bastante frío) y nos hizo correr más de un kilómetro. Esto hizo que a la mayoría nos diera resfriado, y, como entre mis deberes estaba arreglar las habitaciones de los oficiales jóvenes, pasaba cerca de ellos y le contagié la enfermedad. El teniente pasó tres días en cama con una temperatura de los diablos, y cuando me veía me decía: "Recluta maldito por tu culpa estoy enfermo". Que caradura no!
Porqué nos levantamos tarde ese día ? Ocuerre que redujeron el personal de mi cuartel y quedamos muy pocos reclutas, de manera que si nos tocaba la guardia un lunes debíamos repetirla el jueves. En esas condiciones, poner imaginarias (en mi país se llama así a los que cuidan el interior del dormitorio con turnos simultáneos a la guardia regular)iba a ser un tremendo sacrificio porque significaban dos noches sin dormir.
En nuestro ejército, una de las responsabilidades de los imaginarias es hacer despertar al clase y a los reclutas, minutos antes del momento de formación a las 05h 00. Pero ese día, falló el reloj biológico, y nos llevamos una paliza soberana, todo porque no había imaginaria.
Angel
Vera.-29 años. Ecuador
Yo era un Sargento Mayor de Alta en uno de los más prestigiosos cuarteles de mi pais, al cargo de mi compañía habia un Capitán, que era de esos tipos que saben desesperar hasta al mas terco y rudo de los reclutas, dicho capitán tenia la arta costumbre de mandarme a hacer siempre su café, a lo cual yo debería de saber, con cuanta crema, azucar y calidad a el le gustaba.
Un día no había crema, y no pude encontrar por ningun lado, eso significa arresto seguro, el fin de semana era el cumpleaños de mi madre, e imaginense, me hiba a quedar encerrado por un café.
Sucede que de mi promoción eramos varios Sargentos, que estabamos en difentes compañias, depronto aparece uno de ellos, que estaba enfermo de lo peor de la garganta, inmediatamente me dijo, no se preocupe mi sargento, tengo una gran estrategia para solventar estos asuntos de estado, se va sacando tremendo gargajo que disolvimos en el cafe, entonces procedi a entregar el mismo. Como era de esperar el Capitán me arresto por no llebar el cafe con crema, pero me dijo que no me reportara, ya que el personalmente iba a encargarse de mi, "extraoficialmete a eso se le llama una gran sacada de mierda", pero cual fue mi sorpresa al ver que el capitán se reporto enfermo desde el viernes,y asi duro en el hospital aproximadamente 15 días, para cuando regreso el alma de ese hombre no era la misma, de hecho se volvio evangelico, cambio en muchas cosas, le di mi cruz al merito como recompensa a mi buen amigo y Sargento que habria hecho una de las mas grandes estrategias en el mundo para vencer al enemigo.
Aaahhhh y el capitán nunca mas me pidio un café.
País: No se puede decir.
Cuando llegó el momento de cumplir con el servicio militar obligatorio, me encontraba estudiando para contador público. Debido a ello pedí prorroga durante varios años. Finalmente, terminé mis estudios y no me quedó otra alternativa que cumplir con la milicia.
Al segundo día de estar en el cuartel fuimos preguntados sobre qué sabía hacer cada uno de los 120 reclutas que integrábamos la compañía. Una vez que cada uno le dijo al subteniente cuál era su especialidad pidió que todos los profesionales universitarios diéramos un paso al frente. Seis de nosotros éramos profesionales: un ingeniero, dos abogados, un psicólogo y dos contadores.
Los seis fuimos separados del grupo y llevados a la biblioteca del cuartel.
Suponíamos que habíamos sido elegidos para trabajos administrativos. Al llegar a la biblioteca nos hicieron formar en una linea con los brazos extendidos hacia los costados quedando nuestros cuerpos en forma de T.
Grande fue nuestra sorpresa cuando el cabo que acompañaba al subteniente colocó tres libros en cada uno de nuestras manos. La orden fue simple. Debíamos sostener el peso de los libros con nuestros brazos estirados. El subteniente nos advirtió que el que dejara caer algún libro se arrepentiría por el resto del año que durara nuestro reclutamiento.
Sostener los libros no era nada fácil. Rápidamente los brazos comenzaron a dolerme. Pero todavía la situación empeoraría más. Luego de estar unos cinco minutos inmóviles el subteniente nos dijo que no tenía mucho tiempo para perder de modo que nos iba a "ayudar" un poco. Inmediatamente ordenó que sin dejar caer los libros, nos pusiéramos de rodillas. Todos obedecimos. Un minuto más tarde nos ordenó pararnos. A partir de allí hicimos infinitos movimientos de arrodillarnos y pararnos. Finalmente uno de los muchachos no pudo más y dejó caer los libros. Fue quitado de nuestra linea. Momentos más tarde cayó el segundo. Ya estaban designados quienes eran los más "flojos". El resto de nosotros pudo dejar, despues de casi 20 minutos, caer los libros.
La sorpresa no terminaba allí. Los dos más "flojos" (a los que se les cayeron los libros) fueron destinados a la reparación de colchones. Otro muchacho (el ingeniero) y yo fuimos destinados a limpiar letrinas y duchas.
Los dos reclutas restantes fueron destinados a la caballerizas. Nuestro "querido" subteniente había buscado a los profesionales universitarios para darles los peores trabajos.
Sin embargo a mi todavía me quedaba una duda. Por qué a mi me mandaban a limpiar letrinas y a los flojos a reparar colchones. No era peor lo mío que lo de ellos? Al poco tiempo me di cuenta que no. Los colchones se desarmaba y volvían armar en un galpó de chapa. Además de armar los colchones, los colchoneros debían cardar la lana. Todo esto en aquel galpón donde la temperatura alcanzaba los 35 grados centígrados. Además era impresionante el polvo que volaba allí y encima debían trabajar con lana. Imaginense! Tanto era el calor en ese galpón que después de dos semanas de hacerles sentir todo el rigor de la vida militar, se les permitió a los colchoneros trabajar en calzoncillos. Luego supimos que siempre se permitía a los colchoneros trabajar en calzoncillos, lo que pasaba era que durante los primeros quince días se los hacía padecer el máximo calor.
Por mi parte, durante dos meses, debí limpiar el meo, la mierda y hasta los vómitos de más de 100 hombres que ni conocía.
Algunos días era realmente repugnante entrar en las letrinas. Mi compañero el ingeniero y yo también tuvimos un período (los primeros quince días) donde se nos agravó el trabajo. Durante ese tiempo, en vez de darnos cepillos normales (de 25 cm de largo) debimos limpiar todas las letrinas y duchas con cepillos de dientes. Pasábamos horas y horas agachados para limpiar el piso. Todo el esfuerzo se desvanecía cuando llegaba la compañia completa a bañarse, defecar y otras cosas más.
El castigo del cepillo de dientes se repetía cada tanto cuando el subteniente consideraba que no ejecutábamos bien los extenuantes ejercicio físicos a los que éramos sometidos. Pasados los dos meses, las tareas de los colchoneros terminaron, y las tareas de letrinas y caballeriza emperazon a rotar.
Pero mientras tanto hubo que soportar la inclemencia del subteniente por ser "profesionales".
- 36 años.Era un Sargento Mayor de Segunda, que comandaba un Blindado AMX 30 en mi ejercito, resulta que el maldito tanque tenia las orugas magnetizadas y donde pasaba todo lo que era metal se le pegaba, incluyendo desechos, basura y aveces hasta municiones, en una maniobra el condenado tanque vadeo 45 grados y se pego a una tuberia de gas, el sub teniente fue arrestado 8 dias y el pobre Sargento fue retirado del servicio de maniobras de Blindados y puesto a comandar tropas, al mes de eso estalla un golpe militar en mi pais, en la accion fui herido en el codo derecho por un fusil, quede lisiado y una herida en la espalda por calibre 9 mm, que solo traspaso sin dañar ningun organo,. gracias al maldito tanque magnetizado estuve en combate y quede lisiado.
un sabado que estaba en la cantina de guardia estaba rallado i sali a fuera a fumarme un porro . estaba distraido i en esas que paso un sargento por ay no habia ndie en la base ino veas ademas iva con un perro claro me levante para saludarlo i tire el porro que tenia por detras .
el perro se fue directamente al porro que habia caido en mis espaldas el sargento lo cogio i claro por fumar te caian 20 dias de arresto yo esta rallado por que me digo k daria parte yo vi con mis ojos como entraba en la compañia a dar parte .
bueno ,lo malo de esto es que me tenia que ir el lunes de 15 dias a mi casa i claro pase todo el finde rallado .LLego el lunes por la mañana fui haber el parte de arrestados i uiiiiiiiiii que pasa que no estoi se lo comente al furriel i me digo que nadie habia dado parte de nada pero yo vi con mis ojos como entro el sabado el sargento a dar parte me entro una felicidad que no veas i bueno esta es una de las mil historias que te puedo contar otro dia os cuento otras venga hata luego lucas
País: Venezuela
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Una noche llegó vestido con capote, botas, fusta, etc, parecía un oficial alemán sacado de las enciclopedias. Mientras estábamos formados comenzó a pasearse, con las manos en los boslsillos y a gritarnos por tener sucio el cuartel. De súbito, dejaba caer inadvertidamente un bolsa de papas y "Vean reclutas, el campamento está sucio, por ese papel cinco flexiones".
Ibamos por las cuatro cuando dejaba caer otro papelito de los que se había munido para fastidiarnos. "Por ese papel , cinco flexiones" y asi soltando papelitos y cinco plexiones por cada papelito hasta que, siempre hay un vivo, un conscripyo antiguo dijo:
-Permiso salgo de la fila mi Teniente, -para qué? -Para recoger la basura
-No, recluta, para recoger la basura no necesitas permiso, lánzate a la básura, recluta, lánzate. Anonimo .
País: Ecuador
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YO HICE LA MILI EN LA BASE AEREA DE TORREJON DE ARDOZ, REMPLAZO 1º DEL 98. Y LA HISTORIA QUE OS VOY A CONTAR LE PASO A UN COMPAÑERO MIO EN EL PRIMER MES DE INSTRUCCION. UN DIA LE TOCO SER CUARTELERO Y SABEMOS QUE LOS CUARTELEROS LO PASAN MAL CON LAS BROMAS TELEFONICAS, PERO UN DIA SIN SER BROMA LE LLAMO EL CAPITAN GUAY, Y NO ES COÑA, ESE ERA SU APELLIDO DE VERDAD. ENTONCES CUANDO LE DIJO EL CAPITAN "SOY EL CAPITAN GUAY", NO SE LE OCURRE OTRA COSA A MI COMPAÑERO QUE CONTESTARLE " Y YO EL CUARTELERO DABUTEN". NO LE METIERON NI UN DIA DE ARRESTO YA QUE EL CAPITAN SABIA COMO SE PASAN CON LOS CUARTELEROS NOBATOS EN LA INSTRUCCION, PERO NOS ESTUVIMOS RIENDO DE EL TODA LA MILI. Antonio Aldama .
País: España
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pues na yo hice la mili en artilleria y en una de las muchas maniobras, en un ejercicio de tiro, uno de los pepinos callo a unos 50m de un grupito d casas habitadas y el tecol solo hacia que pisar la gorra saltar,y cagarse en todo lo que pudo
País: España
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