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Más tarde viene el cuartel, Probablemente la guerra Y el pordiosero de ayer Va a defender su bandera, Va a pelear por el que nunca Se enteró de su problema. Y si acaso vuelve vivo Querrá tener descendencia Y vienen niños, más niños que hacen notar su presencia Ofreciendo su trabajo, Deambulando sin escuela.
Los he visto bajo lluvia portando cargas pesadas Ofrecerme caramelos, Chicles, cotufas, manzanas, Revistas y barajitas Sin importarles el agua. Y en su pureza de armiño Cualquier chaval se divierte En ofrecerme juguetes Para que gocen mis niños.
Y yo que tengo mis hijos, Siento un nudo en la garganta De pensar en lo espantoso De la infancia abandonada. Y me mata la impotencia Y el desconsuelo me embarga Pues sólo puedo ofrecerles Comprensión con la mirada, Todo el cariño que existe, Un dolor que me taladra Y unos versos, tal vez tristes Que al fin y al cabo no es NADA
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NIÑOS DE MI TIERRA ¿Quién no ha visto deambular Los chicos por estas calles Sucios, mocosos y rotos Sin que mortifique a nadie; Semidesnudos los unos, Semidesnudos los otros?
"¿Señora, le limpio el carro?" Le dice a usted una criatura De un metro escaso de largo. "Las Noticias". "El Nacional", "Universal", "Meridiano", Grita en la calle un chaval Que no llega a los diez años.
"Va a limpiá doctol?" "¿Se lo cuido?" "¡Cómpreme algo!" Son frases tan infantiles Que hasta me parten el alma. Y cuando vas al mercado: "¿Llevo la bolsa, señol?" "¡Quién se comiera ese mango!" "¿Quiere que ayude, mi amol?"
Y ves a un niño pequeño Tratado como una bestia, Como esclavo del adulto Que lo contrata por medio, Por medio brota el rocío Que humedece sus pestañas, Por un mendrugo jadea Bajo el peso de la carga Como si fuera un jumento A quien el amo cabalga. |