La Plata, 15 de Abril de 1998

 Hola Connie y Carlos:

 

   Cómo están? Espero que bien, les escribo para contarles como me fue en el viaje a las cataratas del Iguazú.

  La ida resultó toda una odisea. salimos temprano de mi casa, mamá y papá me llevaron hasta aeroparque, pero no pudieron.  Así que fuimos a registrarnos solas. La chica de aerolíneas, muy amable, nos busca en la computadora y no nos encuentra, entonces nos dice – este vuelo sale de Ezeiza – No pueden imaginar nuestras caras, ¡CÓMO DE EZEIZA! Faltaban 30 minutos y el avión salía del otro aeropuerto, rápidamente  tomamos un remís, que nos cobró $39, pero no nos quedaba otra ¿cierto?.

 A los santos piques por la autopista y como era de imaginar no llegamos a tiempo. En el lugar de registración no había nadie, preguntamos en otro lado, donde por suerte estaba un señor de la agencia de turismo. El tipo re bien enseguida nos ubicó en el avión que salía media hora mas tarde y todo resulto mejor de lo que pensamos como no había mas asientos nos pusieron en primera clase. A todo esto nosotras dejamos el alma en el remís.  El vuelo de lo mejor tuvimos 1 hora 20 minutos de viaje al llegar hacía un calor que Dios me libre.  Nos estaban esperando los de la agencia, fuimos en micro dejando gente en otros hoteles, nosotras fuimos las últimas.  En el anteúltimo hotel le digo al chofer, medio en broma, - no habrán bajado nuestras valijas ¿no? – y el tipo me dice – hay mirá que no quedó nada en el buche - ¡uy! A buscar nuestras valijas. Las habían bajado en el hotel anterior, menos mal que las encontramos. Al fin llegamos al hotel.

 Nos registrarnos cenamos y nos fuimos a dormir. Al otro día a las 8 de la mañana teníamos la primera excursión, La Catarata do Iguazú (del lado brasileño). Primero fuimos a desayunar, desayuno americano, había de todo, y después nos vinieron a buscar, el guía se llamaba Gabriel y el chofer se llamaba Gecy.

 Emprendimos camino hacia las cataratas del lado brasileño.  Hermoso, estaba lleno de coatíes, y se veían  las cataratas del lado argentino.

Hay una pasarela que te hace pasar por encima del río todos caminamos por ella y la guacha de la catarata te empapaba, pero como Romina, mi amiga, astutamente llevó unas capitas de plástico no nos mojamos. El calor seguía, nos comimos un montón de helados y nos tomamos un montón de agua

 La tarde se suponía libre, pero podíamos  contratar otra excursión. Lo hicimos, fuimos a visitar una reserva guaraní, los mismos indígenas nos mostraron la selva, nos contaron sus costumbres y nos convidaron un pan hecho por ellos. Todo caminando por la selva.  En un momento el guía nos dice que de ese lugar se podía seguir caminando o el  que quería podía subir a una 4x4, pero nadie quería subir, yo como tenía zapatillas nuevas y me estaban empezando a hacer doler aproveché la oportunidad, Romina me acompaño y un chico de nuestra edad que quería viajar en  4x4 también subió. Al llegar, el guía se mataba de risa decía – ¿pero estos son los viejos que no pueden caminar? Ahí, los guaraníes nos mostraron un baile que ellos hacen y nos ofrecieron sus artesanías. Los guaraníes son gente muy tímida, hablan muy bajito, es una costumbre que tienen para no espantar a los animales de la selva cuando van a cazar. Para conservar sus costumbres y no mezclarse tanto con la civilización a los nenes les enseñan a hablar solamente guaraní y en la escuela les enseñan todas las tradiciones.

Sábado, nos levantaron a las 6:30 de la mañana por que teníamos la excursión a la represa de Itaipú, un lugar impresionante, dicen que es la cuarta o quinta represa en el mundo, en cuanto a cantidad de energía generada. 

 De ahí fuimos a las cataratas del lado argentino.  Hicimos lo que ellos llaman la gran aventura, consiste en un paseo por la selva en camioneta y después te suben a un bote y te meten adentro de los saltos, en este caso la astucia de tener las capitas de plástico no sirvió de nada, nos mojamos por todos los costados.  Nos habían dicho que guardemos las cámaras en bolsitas, pero nunca me imaginé tal chapuzón.  Después de la famosa gran aventura, caminamos por las pasarelas inferiores y superiores.

Juro que recuperé la clase de gimnasia que perdí el viernes, caminamos un montón.

 Al  otro día (domingo) regresamos a casa, tomamos el avión y así terminó nuestro hermoso viaje a las cataratas dcl Iguazú, un lugar que no conocía y que me encantó conocer.

 Sabían que: A 18 Kms. de Puerto Iguazú nos sumergimos en el parque nacional de dicho nombre donde se hallan las famosas cataratas. El río arroja su imponente caudal desde 70 mts. De altura a través de 275 saltos a lo largo de 2,7 Km. El límite con Brasil pasa por la Garganta del Diablo, en el que la caída de las aguas crea mágicos arco iris.

El Porque Nacional preserva la exuberante vegetación subtropical que rodea las cataratas 2.000 especies de plantas: árboles gigantes, helechos, lianas, orquídeas. 400 aves y animales: loros, colibríes, tucanes, jaguares y yacarés (caimanes).

 Bueno, chicos eso fue todo, seguro que nos vemos para buscar vestidos para el casamiento de Valeria, les mando un beso enorme, y espero que les haya gustado mi carta

              Los quiero mucho  

Virginia   

 

Semana Santa de 1998


 

Copyright © 1999. Mariavir Home Page. All rights reserved.

I n d i c e    F a m i l i a    A m i g o s    V i a j e s    C e p l p

1