EL GRAN TERREMOTO DE LOS ANDES
O
TERREMOTO DE CUCUTA
18 DE MAYO DE 1875El terremoto de Cúcuta: 124 años , Autor: Pedro José Pérez Vivas 1875, MAYO 18, 11:15 a.m..- En este día las Villas del Rosario y de San José de Cúcuta, Dpto. Norte de Santander, Colombia y de San Antonio del Táchira y Capacho, Estado Táchira, Venezuela fueron destruidas totalmente por un catastrófico terremoto que asolo esta área fronteriza de los dos países.
La Villa del Rosario era una población histórica y tranquila. En 1821 se había reunido en la sacristía de su iglesia, a medio construir, los miembros del Primer Congreso de la Gran Colombia, aún se observa los restos de la iglesia que colapso durante el gran movimiento sísmico, las casas de esa época en la zona eran del más puro estilo colonial español, con teja de barro, muros de tapia y patios interiores, se puede afirmar que no quedó ninguna en pie.
Tres o cuatro sacudidas precedieron al terremoto durante los días anteriores, y tal fue la magnitud de estos que según los testigos de la época las sacudidas llegaron a agrietar los muros y arrojar al suelo objetos de las mesas, la noche anterior al terremoto; el paso de un bolido o bola de fuego que recorrió de Norte a Sur una vasta extensión del cielo tachirense que presagio para los pobladores de San Cristóbal que algo malo se les avecinaba, estas fueron suficientes alarmas para los habitantes de la zona, que algunos tomaron previsiones, ya que temían un gran desgracia.
Uno de los testigos refiere así:
La primera sacudida, anotando que era domingo por la tarde, 16 de mayo de 1875, (dos días antes del terremoto): "Caminábamos a lo largo de un amplio corredor, cuando de repente oídimos un ruido como el de carros o de gente que corre huyendo de un toro salvaje. Caminamos en medio de vibraciones que en vez de inspirarnos terror nos dieron un sentimiento agradable".
La segunda sacudida; sorprendió a los habitantes el lunes 17 de mayo, a las 5 a.m.: pero menos intensa que la primera, haciendo correr nuevamente a la gente a los patios y jardines.
Hubo otra sacudida en la tarde de ese mismo día, y quizás otras dos más la víspera de la catástrofe. Por eso el pueblo de la Villa de Cúcuta estaba aterrado por los temblores.
El gran terremoto, ocurrió el día martes 18 de mayo de 1875 a las 11:15 a.m. de la mañana ya que esa fue la hora que quedo marcada en el reloj de la iglesia de Cúcuta se encontró marcado aún la hora fatídica.
Testigos refieren sin exageración, duró entre 40 y 50 segundos y que hubo tiempo para varios viajes desde el interior de la casa a la calle, con el fin de rescatar a los niños y enfermos.
Acerca en el numero de víctimas hay algunas exageraciones, algunos dicen que hubieron unos 2.000, otros dicen que la lista de muertos en solo Cúcuta era de 900 a 1.000. Sin embargo el número de cadáveres sacados de las ruinas y contados fueron: 253, hombres: 208, mujeres total: 461, más no se contabilizaron los muertos de las poblaciones vecinas en un radio de 80 kmts., que quedaron sepultados bajo los escombros de las casas, poblaciones como la Villa del Rosario, San Luis, Salazar, Arboledas de Las Palmas, Gramalote, Bochalema; y San Faustino en Colombia y de San Antonio, Capacho, San Cristóbal, La Mulata, Rubio, Michelena, La Grita, Colón en Venezuela cayeron las casas y hasta a más de 100 kilómetros de distancia como en Sinacota y mas allá de Mérida hubieron grandes daños además fue sentido a gran distancia como en Bogotá y Caracas, donde fue sentido como un sismo de mediana intensidad que alarmó a sus pobladores, además el terremoto del Táchira derrumbo numerosas casas e ingenios (molinos) de haciendas y de fincas que quedaron totalmente destruidas como también los patios de secado del café todos agrietados y partidos al igual de los sistemas rudimentarios de regadío de las numerosas plantaciones de la época.
Fue tan la magnitud del evento sísmico que afloraron aguas termales en los sitios hoy conocidos como "Agua Hedionda", bautizada así por sus olores sulfurosos y se encuentra ubicada en "El Recreo" en la antigua carretera de "Capote" a "Las Dantas" cerca de "La Mulera" vía carretera de San Antonio a Rubio existe otro afloramiento llamado "El Tampaco", ubicado en el kilometro 17 de esa misma carretera en el sitio conocido como "Las Adjuntas", otra fue la de "Aguas Calientes" lugar cercano a Ureña, en las coordenadas Latitud 72º 54´ 40´´Norte / Longitud 72º 25´ 50´´Oeste, a 370 mts. de altura sobre el nivel del mar, en el sitio se construyó un balneario terapéutico y un reconocido hotel que lleva el nombre de Hotel Aguas Calientes, otro brote de aguas termales es en San Pedro del Río, cerca de Colón, y en la vía Seboruco - La Grita por la vía hacia el caserio "El Suspiro" ubicada en las coordenadas Latitud 08º 08´ 27´´ Norte / Longitud 72º 03´ 49´´ Oeste, en el fondo del valle a orillas del rio La Grita a 1.000 mts de altura al norte del Estado y hacia al sur en el sitio de "El Corozo", coordenadas Latitud 07º42´00´´ Norte / Longitud 70º 14´ 27´´ Oeste, a 600 mts. de altura, distante a 8 kilómetros de San Cristóbal a orillas de ambos lados del río Torbes, afloraron aguas termales que aún mantienen un alto grado de ebullición y han sido acondicionados como sitios turísticos y de baños termales terapéuticos, esto da una idea cuan grande fueron los agrietamientos internos que se originaron en la corteza terrestre de esa zona, y en el sector conocido como "Cerro Negro" la falla geológica permitió aflorar por primera véz y de manera espontánea el Petróleo en la finca llamada "La Alquitrana" de Don Manuel Antonio Pulido, en la actualidad existe un museo en la citada finca dedicado al Petróleo ubicada en la antigua carretera de San Cristóbal a Rubio, por la vía de El Corozo.
Efectos y otros detalles:
Los testigos concuerdan todos con una de las características de una espesa nube de polvo, que envolvió las poblaciones producto de la caída de las paredes de tierra pisada, adobes y tapias como los techos de caña brava y tejas, que duro muchas horas en el ambiente ya que no soplaba viento alguno además de un calor sofocante que se sintió después del terremoto.
La gente pedía a gritos socorro entre las ruinas con lloros y gritos, nadie se daba cuenta de lo que pasaba.
La tierra comenzó a ondularse, se abrieron y cerraron grietas, en la superficie. Algunos niños sentían placer en saltar sobre las grietas que se abrían y cerraban, uno de ellos llamó la atención de su padre sobre este fenómeno, pero la expresión fue tan triste que el niño permaneció taciturno.
Motivado a la hora del terremoto, las once y cuarto de la mañana muchas personas se salvaron pues se encontraban en sus faenas rutinarias de agricultura, ganadería y de comercio al aire libre, no ostante en un colegio de niñas ubicado en Cúcuta todas sus alumnas murieron bajo los escombros ya que en vez de correr hacia un patio lateral del aula, lo que hicieron fue correr hacia la calle, cayéndoles la estructura del portal de entrada del colegio encima.
El señor Vicente Morán cabalgaba en una mula y estaba para cruzar el río Pamplonita cuando la mula perdió el equilibrio y cayó al agua; entonces con el temblor las aguas del río cambiaron de dirección y empezaban a moverse hacia arriba por unos minutos. El río corre de norte a sur, y se concluye por esto de la oscilación debió ser de norte a sur y tan fuerte que cambio de dirección al río. Por las faldas de los cerros y montañas inmensos peñascos se deslizaban y los caminos de bloquearon de derrumbes de aludes de tierra suelta, árboles y matas caídos por todos lados algunos hasta arrancados de raíz otros simplemente caídos de lado, en ese entonces aún no se había implementado el telégrafo pero en Cúcuta había una oficina el operador no podía comunicar la novedad y recogió algunos instrumentos del telégrafo y viajo en mula hasta Chinácota donde encontró la línea que no se había cortado y telegrafío a Bogotá, desde el atrio de la catedral se leían los telegramas públicamente para enterarse de lo ocurrido mientras que del lado venezolano permanecía aislado sin poder comunicar la gran catástrofe ocurrida.
Hubo pillaje en Cúcuta en medio de las ruinas, y 7 personas fueron juzgadas y sentenciadas a muerte por las pocas autoridades que quedaron, la fuerza nacional que existía en la ciudad, abandonada de sus jefes, se entrega a la rapiña; y las autoridades todas aterradas abandonaron también la ciudad, quedando en las ruinas a merced de ladrones, que aumentaban sus filas con cuantos veían sacar cuantiosos dineros de las cajas de hierro.
Si en verdad hubieron escenas y hechos de sangre y de pillaje que podían pregonar un grado de considerable degeneración moral, también es cierto que hubo actos de heroísmo inspirados por una idea elevada de las obligaciones morales.Para referir un de estos actos fue el de Rafael Salas joven dependiente del señor Don José María Catalán, quedo sepultado en las ruinas de la botica en que servía, expuesto al incendio que había comenzado en diversos punto de las ruinas; y cuando fue localizado por su padre y hermanos que fueron a sacarlos de aquella horrible situación les dijo:
"Saquen primero a la familia del señor Catalán".
La señorita Enriqueta Ferrero caminaba sobre las ruinas con dificultad que es de suponerse y desconcertada por completo tropezó con algo extraño, y observó que era una cabeza humana a la que le quito la tierra que la rodeaba con lo que el sepultado, que era Don Alcibíades González, pudo respirar y volver a la vida. De ahí no se separo la señorita hasta que pudo conseguir a varios personas para que cavaran y sacaran a la víctima y la pusieran a salvo, así este fueron muchos los casos de ayuda mutua y espontanea que se generaron en el "después" del terremoto.
El escritor Luis Febres Cordero ha reunido en un libro muchos documentos algunos de ellos inéditos, sobre este temblor y de allí copiamos lo siguiente:
"Las ruinas de la iglesia de San Antonio del Táchira, sirvieron de lecho funeral al cura de la ciudad, doctor Domingo Antonio Mateus. Salió a uno de los patios interiores donde tenía su viñedo y las paredes cuarteadas del templo y de su casa le oprimieron"
(62, p. 284)La población de Capacho o "Libertad" colapsó totalmente que sus pobladores prefirieron antes que reconstruir en el mismo sitio mudarse hacia un plano inclinado cercano llamado "Blanquizal" y fundar otro pueblo; de allí nació la población de San Pedro de Capacho o el Capacho Nuevo llamado posteriormente "Independencia", así que en la actualidad existen dos Capachos.
Las primeras acciones de ayuda oficial hacia los sobrevivientes de Cúcuta, en una carta fecha el 12 de Junio de 1.875 dirigida al General Antonio Guzmán Blanco presidente de Venezuela por parte del General José Antonio Baldó dice textualmente así:
Señor General
Antonio Guzmán Blanco
CaracasSan Cristóbal, Junio 12 de 1875
Respetado General y amigo:Colectivamente con los Generales Márquez y Medina escribí a Ud. Al tercer día del infausto suceso del 18 del pasado que destruyo doce de los principales pueblos del Táchira, originándole este accidente una perdida de diez millones de pesos por lo menos y haciéndole retrogradar en la próspera marcha de dos a tres lustros.
Los valles de Cúcuta y muy especialmente las ciudades de San José y del Rosario, así como San Antonio del Táchira fueron destruidas por completo; no corrieron esta misma suerte San Cristóbal y Táriba, donde han quedado en pie el 25% de sus casas.
El Gobierno nacional de Colombia, impuesto inmediatamente por medio del telégrafo de la destrucción de Cúcuta, envió una comisión compuesta de catorce miembros, entre los cuales se encuentran médicos, cirujanos, geólogos, químicos, etc., para auxiliar a los desgraciados y estudiar las condiciones del terreno y de las varias fuentes termales que se consideran causa del accidente. También han llegado recursos de Bogotá y del Socorro, de dinero, víveres y vestuarios; y el mismo Dr. Aquiles Parra, Presidente de Santander, vino a las ruinas con fuerza armada para contener el desorden de los ladrones y a dictar medidas en el sentido de una nueva organización.......
Me repito de Ud. Respetuoso amigo
José Antonio Baldó.
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