Un poco de historia
La foca del Mediterráneo, también
conocida con el nombre de vaca marina y lobo marino, es el único
pinnípedo que vive en el Mediterráneo y su existencia ha
estado siempre ligada a la de los hombres que vivían y comerciaban
en las costas del Mare Nostrum. Ya fue citada en la Odissea de Homero y
se han encontrado restos de huesos de estas focas en cuevas de Málaga
que pertenecían a los periodos magdeleniano y epipaleolítico,
hace entre 14000 y 12000 años. Las marcas, fracturas y quemadas
detecttos huesos indican
que la gente de aquella época no sólo aprovechaba la carne
de las focas sino también la piel y la grasa.
La población originaria de foca
monje se extendía por todo el Mediterráneo, el Mar Negro
y parte de la costa atlántica (Marruecos, Sáhara Occidental,
Mauritania, Senegal y las islas de Madeira, Canarias y Cabo Verde). Eran
muy abundantes y formaban grandes colonias. Todavía hoy podemos
encontrar topónimos por todo el litoral que hacen referencia a la
especie, en los sitios donde era vista, donde criaba, donde se alimentaba
o donde salía a descansar: la Costa de las Focas, Cueva de la vaca,
Isla de lobos, Punta del lobo... Cerca de Cadaqués, entre el faro
de Cala Nans y la Punta Figuera, encontrarnos la cueva del Vell Marí,
que estuvo ocupada por un grupo de estos animales hasta principios de siglo.
En diversos lugares del Cap de Creus y de la costa catalana hallamos cuevas
habitadas antiguamente por ejemplares de esta
especie.
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