En los días que le siguieron
al accidente, los sobrevivientes mantuvieron la esperanza creyendo que
pronto iban a ser rescatados. Los estudiantes de medicina, Roberto Canessa
y Gustavo Zerbino hicieron chequeos sobre los heridos. Como no encontraron
el botiquín del avión, se tuvieron que arreglar con instrumentos
improvisados, tales como vidrios, hojas de afeitar y medicamentos que ellos
mismos habían llevado al viaje.
Al despertar del segundo día
fueron a ver como se encontraba el copiloto Dante Lagurara y lo encontraron
sin vida. Ese mismo día tambien murió la Señora Mariani,
que era la unica persona que no estaba ligada a los Old Chrisitian y viajaba
a Santiago para asistir a la boda de su hija.
Uno de los sobrevivientes, al ver
a Antonio Vizintin noto que por uno de sus brazos estaba perdiendo sangre
por lo cual debieron detener la hemorragia. Los sobrevivientes mas adultos
del grupo, Liliana y Javier Methol, ambos de 35 años, se hallaban
físicamente bien. A pesar de no tener heridas, Javier estaba sufriendo
mareos debido a la altitud. Constantemente sufría de desorientación
y sus movimientos eran muy lentos. Su esposa, Liliana se ocupaba de cuidarlo
como así mismo también cuidaba de los demás jóvenes
como una madre.
Susana Parrado estaba empeorando día a día. Tenía
daños internos, con los cuales, ninguno de los dos estudiantes de
medicina podía lidiar. Su madre había muerto instantáneamente
cuando el avión freno en el valle. Su hermano Fernando Parrado,
todavía yacía inconsciente en el suelo del avión,
pero estaba poniéndose mejor al cuidado de Diego Storm. Por otro
lado la pierna de Rafael Etchebarren se estaba infectando al igual que
la de Arturo Nogueira.
Poco antes del mediodia del
tercer día divisaron un avión reactor que volaba por encima
de ellos. Agitaron los brazos, gritaron y trataron de hacer señales
con elementos metalicos, pero este siguió de largo. Por la tarde
un aparato de turbohélice paso a menor altura que el anterior volando
de este a oeste y poco después otro avión pasó de
norte a sur. Los sobrevivientes gritaron y agitaron sus brazos en el aire
pero ninguno de los aviones mostro señales de haberlos visto.
A las 4: 30 surgio un biplano
cuya ruta pasaba exactamente sobre los accidentados. Esta ves los sobrevivientes
notaron que el avión habia movido sus alas, lo que interpretaron
como una señal. Ya nada podia impedir que estos creyesen lo que
tanto deseaban creer. Algunos se sentaron en la nieve a esperar el rescate.
Mantuvieron la esperanza durante todo el día, pero cuando empezó
a oscurecer, el frio se intencificó y los helicópteros no
llegaron.
Mas tarde, ese mismo día el
capitán del equipo Marcelo Pérez se dio cuenta de que alguien
había comido parte de los alimentos que estaban racionando. Algunos
de los sobrevivientes reconocieron haber comido ya que creian que el rescate
seria inminente.
Fernando Parrado, recobró
la memoria ese mismo día. Inmediatamente comenzó a ocuparse
de su hermana, que estaba en estado crítico. A menudo Susana deliraba
y se le congelaban los pies. Nando le hacia masajes y todo cuanto pudiera
para salvarle la vida, pero todo fue en vano y tres días mas tarde,
Susana murió en los brazos de su hermano durante la noche.
Roy Harley habia encontrado
una radio a transistores, con la cual consiguieron captar algunas emisoras
y de vez en cuando escuchaban noticias sobre la búsqueda del avion
perdido en las montañas.
El hambre comenzaba a atormentarlos.
Se veian obligados a ajustar la racion de comida dia dia. Cuando se paraban
se sentian mareados y les costaba mantener el equilibrio. Tenian frio aun
cuando el sol estaba lo bastante alto para calentarlos.
Pegados a algunas rocas sin
nieve encontraron liquines con los que hicieron una especie de pasta que
resulto amarga y nausebunda, sin ningun valor nutritivo. Les quedaba una
única posibilidad y ya todos sabian cual era.
Canessa fue quien tomo la iniciativa.
Este explicó que nadie iria a rescatarlos, que tendrían que
salir de alli por sus propios medios y que para eso necesitarian energia.
No podrían hacer nada si no comian y el único alimento disponible
eran los cuerpos muertos de sus amigos. Subrayó que tenian el deber
moral de mantenerse con vida mientras pudieran. – La carne es alimento.
Las almas de nuestros amigos ya abandonaron sus cuerpos y lo que queda
aquí son los despojos que ya no son seres humanos si no carne como
la del ganado.
Se convocó a una reunion
en el interior del Fairchild y los 27 sobrevivientes debatieron largamente
acerca de si debian o no comer la carne de los muertos para seguir viviendo.
Canessa y tambien Fito Strauch
reiteraron sus argumentos. En respuesta a los que se negaban a aceptar
la situación Zerbino rebatió: Pero ¿que
creen que pensarían ellos? Por mi parte, estoy seguro de que si
mi cadáver les fuera útil, querría que lo aprovecharan.
Esta reflexión aclaró muchas dudas, porque mas allá
de que cada uno de ellos se resistiera a comer la carne de sus amigos,
todos estuvieron de acuerdo con Zerbino.
La discusión continuó
durante la mayor parte del día. Ya entrada la tarde, decidieron
proceder. Por fin cuatro de ellos: Canessa, Zerbino, Fito Strauch y Daniel
Maspons, salieron a la nieve. Sin que ninguno pronunciara una palabra,
el primero se arrodilló, descubrió la piel de uno de los
cadáveres y le hizo un corte con un trozo de vidrio. Oró
pidiendo a Dios que lo ayudara a llevar a cabo lo que consideraba correcto.
Pero su mano no obedicía las ordenes, luchaban en el la repulsión
y el firme propisito que al fin prevaleció. Alzó entonces
la mano y tragó la tira que habia cortado. Mas tarde los demas sobrevivientes
fueron saliendo en grupos y siguieron su ejemplo.
A la mañana siguiente
Roy Harley encendió la radio de transistores y se enteró
de que el Servicio Aereo de Rescate habia desistido de buscar al Fairchild
en vista de los malos resultados obtenidos.
Cuando lo supieron los demás
empezaron a rezar entre sollozos. Mientras tanto Parado fijaba la vista
en los picos de las montañas y estudiaba la posibilidad de salir
de allí caminando.