Luego de varias
discusiones, el día número sesenta y dos, Roberto Canessa,
Fernando Parrado y
Antonio Vizintin salieron en su última expedición
hacia Chile. Se llevaron consigo la brújula del avión, los
planos y una bolsa de dormir fabricada con una parte
aislante de la calefacción del avión a la cual debieron coser
con los cables pertenecientes a los circuitos. Los demás supervivientes
les habían preparado una ración especial de comida que duraría
quince días. Cada uno de los tres expedicionarios se habíapreparado
su mochila
(hechas con pantalones) con las cosas que irían a necesitar. Los
tres llevaban anteojos para el sol, un tubo de aluminio para apoyarse,
los almohadones del avión (usados como botas), varios Jersey,
cuatro pares de calcetines y demás ropa de abrigo.
Empezaron
bordeando la ladera de la montaña mas próxima que se encontraba
al oeste. El problema era que la pendiente era muy pronunciada y alta en
todas sus partes, por lo cual costaría mucho la ascención.
Consultaron a la brújula y comenzaron la ascensión por la
ladera de la montaña. Cuando el sol se ocultó, todavía
no habían encontrado un lugar apropiado para dormir, por lo cual
empezaron a
alarmarse. Con desesperación empezaron a buscar
un sitio mas o menos plano para poner el saco de dormir y no deslizarse
colina a bajo mientras dormían. Finalmente Parrado encontró
una roca en la cual se había formado una trinchera dónde
podrían pasar la noche.
Al segundo
día de ascensión, mientras descansaban, Canessa creyó
ver una carretera en la lejanía y lo comentó con los otros
dos. El deseaba volver al avión para luego dirigirse hacia la carretera.
Pero
Parrado creía imposible que lo que veía
sea una ruta ya que se dirigía hacia el este y Chile estaba hacia
el oeste. Llegó la noche del segundo día y todavía
no habían llegado a una conclusión. Al día siguiente,
tercero de su ascensión, llegaron a un acuerdo.
Parrado había llegado a la cima de la montaña y a pesar de
descubrir que todo lo que lo rodeaba eran montañas, en la lejanía
descubrió dos montañas sin nieve, entre las cuales debía
haber un valle donde encontrarían su salvación. Como pensaron
que si seguían camino hacia esas dos montañas, la comida
se agotaría, decidieron que Vizintin debía regresar para
que a ellos dos les durase mas la ración. En la mañana del
15 de Diciembre, Vizintin descendió hacia el avión tardando
solo 45 minutos. Al día siguiente Canessa y Parrado siguieron la
ascensión hacia la cumbre, hazaña que Parrado había
conseguido dos días atrás. Tardaron tres horas en llegar
y allí buscaron el mejor camino para descender. Llegada la tarde,
y
habiendo descendido un buen tramo del camino, se dispusieron a dormir.
Al mediodía
del día 17 de Diciembre llegaron a la base de la montaña
y siguieron andando por el
valle que habían acordado cuando estaban en la
cima de la montaña. En una de las paradas que hicieron
para descansar vieron un pequeño arrollo y a su
lado descubrieron musgo y juncos. Era el primer signo de vegetación
que veían desde el día del accidente. Dos días mas
tarde por la mañana, Canessa vio un grupo
de vacas, lo que los alentaba a seguir caminando. Mas
adelante encontraron los primeros signos de
civilización, (una herradura, una lata de sopa,
árboles talados, etc). Después de esto se acostaron a dormir,
estando seguros de su salvación.
En el
día 20 de Diciembre, cuando ya se estaban por acostar, después
de haber caminado otro largo tramo, Canessa reconoció a un hombre
a caballo del otro lado del río y empezó a gritarle a Parrado
para
que fuera a su encuentro, ya que él no podía
caminar. Parrado corrió hacia donde se encontraba el jinete,
pero no lo vio, por lo que regresó junto a Canessa
quién también lo había perdido de vista. Mas tarde
oyeron un grito y esta vez vieron a tres hombres del
otro lado. Los dos pidieron socorro
desesperadamente e hicieron gestos de súplica.
Uno de los tres hombres se acercó a la orilla del río y gritó
algo, de lo cual Canessa y Parrado solo pudieron entender “mañana”.
Finalmente se acostaron a dormir
felices por
lo acontecido. A la mañana siguiente, los dos sobrevivientes volvieron
a ver a los tres hombres
al lado de la cabaña. Parrado se acercó
al río y le gritó algo a las personas. Uno de ellos (Sergio
Catalán)
bajó hacia la orilla y en un papel escribió:
Va
a venir luego un hombre a verlos. ¿Que es lo que desean?.
Después de escribir esto, envolvió el papel
en una piedra y se lo anzó a Parrado. Este escribió lo siguiente:
“Vengo
de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo.
Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba.
En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido
de aquí y no sabemos como. No tenemos comida. Estamos débiles.
¿Cuándo nos van a buscar a arriba?. Por favor, no podemos
ni caminar. ¿Dónde estamos?”.
Cuando terminó,
hizo lo mismo que el arriero para devolver el papel. Segio Catalán
lo leyó e indicó que había entendido su problema.
Antes de irse, el arriero arrojó cuatro panes al otro lado del río
y luego se fue. Unas horas mas tarde un hombre llegó a caballo al
lugar dónde estaban Canessa y Parrado y les
dijo que Sergio Catalán había ido a notificar
la noticia al pueblo más cercano. Finalmente, luego de setenta días
del accidente y de nueve días de caminar a través de las
montañas, ya estaban salvados.......
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