KAMPALA.- Por lo menos 235 "Hijos del Apocalipsis", seguidores de la secta
"Los 10 mandamientos de Dios" se suicidaron a lo bonzo en un sacrificio
colectivo celebrado en Uganda, durante el cual ardieron vivos en su templo
mientras rezaban y entonaban himnos religiosos.
El hecho, aún por desentrañar del todo, se produjo anteayer, pero sólo
ayer fue dado a conocer por la policía. En el templo sólo se encontraron cuerpos
irreconocibles.
La tragedia se produjo en Kanungu, una localidad del distrito de
Rukingiri, 320 kilómetros al sudoeste de la capital de Uganda, Kampala. Las víctimas eran
seguidores de una de las numerosas y misteriosas sectas a las que el
gobierno declaró la guerra hace tiempo.
El grupo era activo en la región desde años atrás. "El líder dijo a sus
seguidores: ÔHa llegado el momento de deshacerse de todas sus propiedades terrenas y de prepararse para el Paraíso'", reveló un vocero
de la policía, Eric Naigambi.
Según uno de los investigadores, no se puede excluir que haya sido el
mismo líder de la secta quien prendió fuego al templo después de haber encerrado
allí a los fieles.
Pero, por el momento, los investigadores dan más peso a la hipótesis del
sacrificio ritual colectivo, práctica que en los últimos 25 años registró
una larga serie de casos en el mundo.
El más grave se produjo en Guyana el 19 de septiembre de 1978, cuando 912
miembros del "Templo del Pueblo" murieron envenenados con una poción de
cianuro.
Uganda, ex colonia británica del Africa centro oriental, es un país donde
el 85% de sus 16,5 millones de habitantes es cristiano (44,5% católicos y 39%
protestantes).
Amenaza social
Ciertos ritos paganos, sin embargo, sobreviven y las sectas proliferan. En
el último año, dos sectas fueron disueltas por orden de las autoridades por
ser consideradas una amenaza social.
En septiembre último, en la ciudad de Luwero, la policía hizo irrupción en
un complejo que albergaba la "Iglesia del último mensaje de advertencia", una
secta con mil adeptos.
Esta secta, instalada en una granja en el centro del país, practicaba el
culto del Ultimo Juicio, dirigida por un supuesto "profeta", Wilson Bushara, en
Bukoto, condado de Nakaseke. Los agentes liberaron a siete muchachas que habían
sido retenidas en el lugar contra su voluntad y que habían sido violadas
repetidamente.
Dos meses después, en la localidad de Ntusi, 100 agentes desmantelaron
otro centro clandestino donde operaba una secta liderada por una sacerdotisa de
menos de 20 años que imponía a sus secuaces alimentarse sólo con miel.
Las autoridades de Kampala consideran que las sectas son peligrosas
incluso desde el punto de vista político. Algunas apoyarían a los rebeldes
antigubernamentales que operan sobre todo en el Norte y en las regiones
sudoccidentales.
Inmolados
Jonestown, 1978: en Guayana, Estados Unidos, 914 seguidores de El
Templo del Pueblo se suicidan con cianuro a instancias de su líder, el
pastor protestante James Jones.
Waco, 1993: 87 seguidores de la secta Branch Davidian, de David Koresh,
que se proclamaba el Mesías, mueren en un incendio en una granja texana en
la que el FBI irrumpió disparando.
Templo Solar, 1994: los cadáveres incinerados de 53 seguidores de este
culto, cuyos miembros creen descender de los Templarios, son hallados en
Suiza y Canadá. En 1995 hallan 16 más.
Heaven's Gate, 1997: en una mansión de California, 39 miembros de esta
secta mueren envenenados en sus camas buscando ascender a una nave
extraterrestre que, creían, seguía al cometa Hale Bopp.
Agencias ANSA y AP
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