Ya son más de mil los muertos de una secta en Uganda
Unos 500 seguidores murieron en un incendio. Los otros cuerpos fueron encontrados en fosas comunes
Kanungu, Uganda. AP y EFE
DESOLACION. Los soldados hallaron íconos religiosos en el lugar de la masacre.
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Mientras se investiga el incendio que provocó la muerte de más de 500 personas en un templo de una secta religiosa en Uganda, la policía sigue encontrando cadáveres de seguidores del mismo grupo en fosas comunes. La vicepresidenta de ese país africano, Specioza Kazibwe, informó que el número de muertos ya llega a más de mil y no descartó la posibilidad de que la cifra aumente.
El 17 de marzo, más de 500 seguidores del Movimiento para la Reinstauración de los Diez Mandamientos de Dios murieron incinerados en su templo de Kanungu, una pequeña ciudad a 349 kilómetros de Kampala, la capital de Uganda.
En un principio, se pensó que se trataba de un suicidio colectivo. Pero días después los investigadores encontaron más cadáveres acuchillados y estrangulados en fosas comunes ocultas en predios pertenecientes a la secta. Ahora las autoridades ugandesas aseguran que fue un "asesinato perpetrado por maníacos religiosos", según la vicepresidenta.
Kazibwe calificó a los líderes de la secta de "criminales" y personas "sin escrúpulos que explotan el analfabetismo". Agregó que los responsables están desaparecidos y que se ordenó su detención "a toda costa". La policía, sin embargo, no confirmó si los dirigentes del culto están vivos. El día anterior al incendio del templo, los seguidores de la secta recorrieron las aldeas vecinas para despedirse, convencidos de que vendría la Virgen María a buscarlos para llevarlos al Paraíso, según contaron varios vecinos.
Los cofundadores del Movimiento, Joseph Kibwetere -un sacerdote católico excomulgado- y Credonia Mwerinde -una antigua prostituta- están imputados por este asesinato en masa, donde murieron al menos 75 chicos. Pero los investigadores estiman posible que otros líderes espirituales creyeran realmente en la veracidad del culto.
El equipo nombrado por el gobierno ugandés para investigar los movimientos de la secta confirmó que los máximos responsables de la secta consiguieron miles de adeptos, quienes vendieron todas sus pertenencias para "seguirlos en busca del paraíso". "Aquí es fácil convencer a la gente del Paraíso, porque en realidad viven en un infierno de miseria", comentó uno de los investigadores.
Las autoridades ugandesas temen que existan ramificaciones de la secta en países vecinos y pidieron a Interpol que coopere para localizar a cinco de los líderes del culto, desaparecidos junto con sus familiares desde el incendio del templo.
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