Era el jefe de "La Misión". El otro acusado fue declarado inimputable y derivado a un neuropsiquiátrico. Los jueces alertaron sobre le peligro de las sectas y los sectarios
El tribunal Oral nº 2 de la capital federal condenó el 15 de mayo de l996 a 30 años de carcel a Leonardo Jorge Fulquin (33) por los cargos de reducción a la servidumbre (esclavizar), coacción, corrupción de menores, privación de la libertad y tormentos agravados.
Fulquin lideraba desde hace 12 años la secta La Misión, donde cometió estos delitos con al menos cinco personas, entre ellos dos menores. También fue condenado a pagar 150.000 pesos por daño moral a Javier Rodal, quien le inició la demanda judicial.
El tribunal también dispuso informar a la Defensoría de menores sobre la situación de Marta Maceira -madre de los Rodal- porque la considera "aún sometida a la voluntad del líder de la secta, Leonardo Fulquin"
El otro acusado, Leonardo Rodal (30) fue considerado "inimputable" debido a sus serios problemas psicológicos -sufre una extrema despersonalización que le impidió comprender la criminalidad de sus actos, fue un robot en manos de Fulquin" según el tribunal- y por eso se le impuso reclusión en un establecimento psiquiátrico "por todo el tiempo que sea necesario hasta que desaparezcan sus trastornos "Los psicólogos que traten a Leonardo Rodal deberán informar cada seis meses al Tribunal so9bre los progresos de la terapia.
El tribunal consideró probado que desde 1982 Leonardo Fulquin fue presentado a la familia de los Rodal por Javier quién lo conocía desde la época en que estudiaban en el colegio secundario.
Fulquin "convenció a la familia de que por ser él un médium con poderes parapsicológicos, podía comunicase con los muertos. Les dijo que todos los Rodal tenían la misión de salvar al mundo a través de la piedad, la justicia y la sabiduría. La familia estaba integrada además por Leonardo Rodal y su madre, Marta Maceira.
Lo que siguió desde entonces fueron humillaciones, latigazos y corrupción de menores. Leonardo Fulquin vivió como "el maestro", una especie deformada de guía espiritual, sin trabajar durante todos estos años, aunque hacía trabajar a los demás- vendiendo biromes- y con esa plata se compró dos autos, tres departamentos y varios viajes a Europa con su pareja y amigo Leonardo Rodal.
En 1984, Fulquin conquistó también a una psicóloga para su secta, Cecilia Arjo, quien se integró al grupo llevando también a su hijo menor. Este chico sería luego corrompido por Fulquin.
Las clases del maestro
El consenso que Fulquin había logrado entre sus víctimas, mientras fue el jefe de la secta, se sostenía no solo con los castigos que les propinaba y sus supuestos poderes del más allá. También era un teórico de su propia escuela y dictaba clases que sus alumnos anotaban en cuadernos.
En uno de esos cuadernos, secuestrados por la Policía, quedó registrada una de las enseñanzas de Fulquin, donde explica las diferencias entre la familia tipo y la familia modelo.
Según el maestro, en la familia tipo nadie pega ni se insulta, pero quedan rencores y odios para siempre.
En cambio en la familia modelo "no se permite el odio" y se golpea para que no haya ningún tipo de resentimiento.
En esto creían la psicóloga y el resto de los miembros de la secta.
Por esto justificaban los castigos que, según les decía Fulquin, tenían tres objetivos: descargar rencores, comprender los errores cometidos y finalmente modificarlos.
El castigo más común, del que no se salvó ni la madre de Rodal, consistía en quedar separados durante días mirando una pared, sin poder doblar ni un centímetro las rodillas ni tomar agua, ni comer, ni pronunciar una palabra.
Hasta aquí la noticia. En este punto queremos comentar que Fulquin, además de cometer el delito de reducción a la servidumbre * contra al menos 5 personas, (entre ellas dos menores), fue acusado de privación ilegitima de la libertad, coacción, corrupción de menores y tormentos agravados por lo que se lo condenó a 30 años de prisión.
NUESTRO COMENTARIO
Lamentablemente la ley no se aplica en muchos casos en que se debiera hacerlo, ya que las religiones mayoritarias han violado esos mismos principios a lo largo de la historia, tal como se hizo con los indígenas americanos a los que se convirtió al cristianismo por medio de la fuerza, así como la reducción obligatoria que se hacía contra algunas mujeres y menores de edad al estado monástico sin el libre consentimiento.
Las sectas con gran poder económico, tal el caso de "Los Niños de Dios - La Familia", Dianética o Moon, han perseguido jurídicamente a sus oponentes utilizando sus recursos y han conseguido la protección de influyentes políticos y personalidades, con lo que salieron indemnes en la mayoría de las causas que se abrieron en su contra.
A finales de marzo de 2000 no doy crédito a lo que está pasando, la masacre de más de 1.000 adeptos por parte de sus líderes en Uganda porque presuntamente reclamaban que les devolvieran sus bienes al sentirse estafados porque el fin del mundo no había llegado en el término que les habían prometido
El caso de las dos chicas en Buenos Aires, que después de un ritual macabro que venía repitiéndose durante días, mataron a su padre presas de un delirio místico, habiéndoselas encontrado desnudas y bañadas en sangre. También leo con asombro que en Perú, luego de que fracasara su pronóstico del fin del mundo para el domingo 25 de marzo de 2000, ochenta y seis campesinos pertenecientes a la iglesia Misionera Pentecostal Emanuel intentaban llegar "al Cielo" dejándose morir por inanición, lo que planeaban hacer durante cuarenta días de ayuno purificador de sus almas.
Toda esta irracionalidad y fanatismo me hace recordar de sucesos que ya han pasado en la Argentina, nuestro país. La matanza de Lonco- Luán en Neuquén donde en el 78 un grupo de mapuches seguidores de los pentecostales mataron a una mujer y sus tres hijos por considerarlos endemoniados o el grupo de oradores de Uspallata que habían vendido sus posesiones y acamparon a los pies de la montaña en Mendoza para esperar el mensaje de la Virgen y el fin del mundo, lo que hubiera podido desembocar en un suicidio colectivo de no ser por la apropiada intervención de los familiares, los medios y la justicia.
Asimmismo algo más reciente como el bunker de Casilda (Pcia de Santa Fe) hecho por los seguidores de Energía Universal y Humana, que dicho sea de paso han tenido problemas en España por ejercicio ilegal de la medicina ya que "diagnostican" y curan a través de "la energía" enfermedades como el cáncer o el sida previo pago. O también algunos miembros de "Gnosis" que en uno de los sádicos rituales que se realizaban en el monasterio Osiris quemaron en el pecho a una adepta con un crucifijo incandescente en un aparente exorcismo. Pero la lista sería interminable, Los Niños de Dios, La escuela de Yoga de Buenos Aires, y ya a nivel mundial tendríamos que recordar los 9ll suicidios-homicidios de Guyana, los de Waco, La Orden del Templo Solar, la secta Japonesa Aum Shim Riko, en las que no solo instigaban al suicidio, sino que asesinaban, secuestraban o privaban ilegítimamente de la libertad.
Son tantos y tan variados los delitos que se cometen en nombre de Dios y de la religión. que nos han cauterizado la conciencia y dejó de llamarnos la atención.
¿Que nos pasa? No reaccionamos porque hemos perdido nuestra capacidad de asombro.
* He aquí el art. 140 del Código Penal Argentino que condena la reducción a la servidumbre:
Serán reprimidos con reclusión o prisión de 3 a l5 años, el que redujere a una persona a la servidumbre o a otra condición análoga y el que la recibiere en tal condición para mantenerla en ella".
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