Yo, Graciela Beatriz Abal, DNI l l.753.051, 44 años, nacida el 21 de Marzo de l955 en Rosario, declaro que conozco a la organización REMAR a través de Daniel Brodbeck que había metido a su hijastro allí, quien se escapaba asiduamente de la institución. Me recomendó el centro y decidí llevar a mi hijo. El 26/04/95 lo lleve a una sede en la calle Uriburu cerca de circunvalación. Pedí autorización para pernoctar en el lugar a la espera de que pasaran a buscar a mi hijo para acompañarlo hasta la supuesta "colonia" en villa Allende (Pcia. de Córdoba) donde quedaría honrosamente hospedado. En calle Uriburu no pude estar con mi hijo. Se quedó él allí y a mí me pasaron a buscar a las 6.00 hrs de la mañana.
Cuando llegamos a Córdoba almorzamos con Carlin (el líder en Cba.) en una casa donde vivían varias familias, después de allí fuimos a la casa de Villa Allende a la que llamaban 1ra fase. Me quedé hasta el día siguiente ya con un muy mala impresión de la casa, por lo que comenté con mi hijo ¡Esto no me gusta nada!, y mi hijo coincidió conmigo. Al día siguiente salí al patio y vi en el jardín una señora joven trabajando de una manera que me llama la atención ya que tenía un gran pesar en la expresión del rostro, me acerqué a ella con la intención de observar la reacción que tenían los líderes por mi actitud. Efectivamente noté nerviosismo, comenzaron a dar vueltas en la planta alta. En breves palabras en respuesta a mis preguntas esta mujer confirmó mis sospechas, estaba castigada y confinada a "la ley de silencio" en otras palabras no podía hablar con nadie. Era una camionera y había delinquido y estaba allí por el juez, manifestó un gran resentimiento contra los líderes aludiendo permanentemente que eran unos hipócritas mentirosos que le daban muy mal trato a la gente y que ella no se iba porque volvía al juez, a pesar de esto, pero que ya no aguantaba más. Su nombre era Regina.
A pesar de esto, y como mi hijo no tenía problemas ni de drogas ni con jueces, entonces no iría a tener ese trato. De todas maneras me hicieron firmar una autorización ante el juez, esto lo hice en Rosario y el juez fue en la segunda nominación, creo que Cartele.
Cuando mi hijo me pidió por favor que lo sacase de allí porque no aguantaba más, pedí que me lo mandaran a casa y una vez acá me enteré que nunca le llegó ninguna encomienda, le mandé dinero y no se lo entregaron, además caramelos, juguetes y cassettes que nunca le dieron. Además me enteré que no le permitían comunicarse conmigo, ni lo dejaban hablar con libertad cuando yo lo llamaba, supe que le pegaban (una lider de segunda fase). Nunca pudo elevar una queja porque no le prestaban atención. Lo que más me chocaba o no le encuentro ninguna explicación es que a los recién ingresados no les permiten comunicarse con la familia siendo que el afecto es el remedio mas efectivo para recuperar a un marginal, según mi hijo para favorecer un proceso de lavado de cerebro, por propias palabras de mi hijo este es el relato de sus conversaciones en tal sentido:
-Quiero hablar a mi casa-
-No podés, ¿para que querés hablar?.
-Porque me quiero ir-
-¿Estás seguro que te querés ir?-
-¡Si digo que porque me quiero ir es porque me quiero ir!-
-No te querés ir, vos pensás que te querés ir, como estás rebelde, el mal rato te hace pensar que te querés ir y que no nos querés-
Quiero terminar con esta reflexión; le ponen rejas a los hombres cambiándoles sus ideas, no lo capturan las armas sino con ideas, cuanto mas si es un niño.
Rosario 20 de Mayo de l999.-
TESTIMONIO DE MAXIMILIANO DAVID VAZQUEZ - DNI.31.078.915.-15 AÑOS-30/08/84
En 1995 conocí a REMAR, me llevó mi mamá por consejo de la escuela por mis problemas de conducta, me mandaron a 1ra fase de REMAR, córdoba en Villa Allende. Apenas llegué y me acosté a dormir, me habían sacado mi patineta, mi cámara de fotos y algunos pesos que tenía en el bolsillo, los juguetes estaban en un armario pero me dijeron que los chicos no podían tener plata cuando le reclamé.
En lra fase nos hacían cuidar la granja, de 13,00 a 17,00, se cerraban las puertas para que durmiéramos la siesta.
Cuando sos nuevo no podés salir, a no ser que ellos te manden a hacer algo.
A la mañana había devocionales. Fui abusado (me pegaron) por decir cosas que a ellos no les gustaban, a la vez no sé los nombres porque usaban nombres supuestos o bíblicos y a los mayores había que decirles tíos.
Estaba cansado de que me tratasen mal, no me daban la correspondencia que llegaba ni los regalos que mi madre me mandaba. El líder de la comunidad de Córdoba es Carlin y en Buenos Aires un tal Quico junto con un tal Juancho.
Cuando traté de escapar pedía plata para el colectivo y junté un dinero y compré material escolar y lo vendía como si para una escuela se tratara, con esos avatares había ganado $50 y tenía mercaderías cuando me recapturaron, me sacaron la plata, no me querían mandar de vuelta a mi casa y después me querían mandar a vender, de hecho me mandaron a pedir con us stikers a lugares determinados por ellos. La historia terminó cuando mi mamá me vino a buscar.
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