David Berg tuvo que huir de los E.E.U.U debido a las acusaciones personales que tenía pendiente, de allí su gran odio hacia su país natal. Ya en la década del 70 había profetizado su destrucción con la llegada del cometa Kohouted. Al no pasar nada se contentó con decir que al haber perdido Portugal sus colonias africanas quedaba cumplida la profecía.(?).
El interés por profetizar le viene de su madre
que en 1964 había predicho que Occidente sería destruído por Egipto. Como nada ocurría en tal sentido en 1974 Berg la dió por cumplida con el aumento decretado por los países productores de petróleo.(Carta 351)
No habiendo escarmentado con su anterior fracaso, en 1982 en la carta 1115 profetizó que Los Angeles, San Diego y Miami serían destruídas en pocos meses por bombas atómicas. Repitió esas profecías en la serie "El Huerto del Edén". En mayo de 1983 ya se había puesto de manifiesto la falsedad de esas profecías, por lo que postergó la guerra
atómica para 1985 (Creo que tampoco hubo, no?). Justificó el cambio de fechas acusando a Dios de haberle hecho un "truquito". La carta en que se justifica no tiene desperdicio: "Fíjate que el Señor esperó hasta que casi había terminado toda la serie! (del Huerto del Edén) Si ya sólo queda una Buena Nueva o dos para terminar esta serie! Y ahora que he llegado al final, me lo muestra! A veces actúa como un pillastres!. Que el Señor me perdone, pero no me parece muy justo que nos engatuse así". En el punto 17 dice con cinismo: "Debo
reconocer que tenía muchas ganas de asustar a esos condenados norteamericanos y europeos para que se fueran del norte, y esa era sin duda una forma muy conveniente de hacerlo. No cabe duda de que dió resultado! Já! Y si ahora se van a poner furiosos conmigo algunos de los que están en la misión porque los asusté antes de tiempo, pues lo siento!...(María: Muchos creyeron que se estaban escapando por los pelos y se fueron sin nada de sustento! Y les está costando bastante esfuerzo subsistir!)" Al acusar a Dios de tramposo Berg se trata de justificar
por sus propios engaños a sus seguidores. Se hará justicia.
Eduardo Lause