A PERSONAS AFECTADAS POR SECTAS DESTRUCTIVAS
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Este es un caso espeluznante y conmovedor que, lamentablemente, hizo tanto daño a Rick que terminó suicidándose al no poder rescatar a su esposa, hijos y nietos de las garras de la secta. Al único que pudo sacar fue a Romeo, su hijo.
Muerto David Berg en 1994, Maria (Karen Zerby) y Peter Amsterdam (su segundo y actual concubino)quienes dirigen la secta "La Familia, dicen recibir desde el más allá el mensaje de Rick Watchman arrepentido de haberse rebelado y pidiéndole a Romeo que no haga caso a lo que le enseñó en vida sino a los seres queridos que permanecen en Los Niños de Dios. Como lamentablemente Rick no puede ya defenderse, Eduardo Lause y el Dr. Héctor Navarro tradujeron la primera parte de su testimonio.
Hola! mi nombre es Rick Dupuy, alias Watchman de La Mancha. es un enorme placer para mí informarles que ahora estoy a salvo de la secta de Los Niños de Dios, y que he sobrevivido milagrosamente a sus dolorosas pruebas, con mi cordura más o menos intacta (Ja!). Me gustaría dedicar afectuosamente las palabras de la siguiente y breve historia a todos los ex-miembros de los NDD, a quienes espero que les sea de utilidad y los ayude. Me gustaría también dedicarlo a cualquiera de ustedes que todavía no están en condiciones de romper con los NDD y con el pasado, y en consecuencia, no pueden reintegrarse nuevamente y con éxito al mundo real, restableciendo su identidad.
Tengo la esperanza de que el siguiente relato pueda ayudar de alguna forma a alejarlos del encierro e impulsarlos a la recuperación para estar saludables mentalmente y arribar así a una nueva experiencia de volver a ser una persona íntegra que construya plenamente su vida y su destino. Librarse del sometimiento a una secta controladora como son los NDD puede ser una experiencia difícil y un giro demasiado violento. Yo sé muy bien cuán devastador y destructivo es el adoctrinamiento referido al hecho de dejar al grupo, cómo debilita y atormenta y el resultado de sentirse condenado, así como la desolación que puede llegar a producir en la vida de cada uno. Estoy convencido de que la vida después de dejar "La Familia" consistirá en recuperar en su totalidad el sentido de la libertad y de la verdad espiritual, que es el mayor esfuerzo. Lo posterior puede ser llamado "la vida después de La Familia".
Me uní a "La Familia" en Tucson, Arizona, en marzo de 1969 y pronto fui transferido a Huntingyon Beach para recibir mi primer adoctrinamiento bajo la enseñanza de "Papá". A la temprana edad de 17 años me involucré en actividades del grupo con gran devoción y fervor y en los primeros años que estuve allí experimenté grandes emociones que nunca había sentido antes. Como veía a nuestro grupo desarrollarse a partir de ser pequeño hasta convertirse en un movimiento mundial que estaba haciendo historia y objeto de gran noticia, y que a la vez tenía un gran impacto en otros movimientos religiosos contemporáneos tenía un entusiasta sentido de la misión
Como pionero también encontré una enorme identificación con el grupo. Me deleitaba luchando contra las "persecuciones" de nuestros airados enemigos y abriendo nuevas avanzadas en las ciudades de los EEUU y especialmente México, América Central y del Sur. Yo "ardía en fuego" y según mi extraordinaria experiencia personal me convencí más allá de cualquier sombra de duda de que "La Familia" era el movimiento de los elegidos de Dios y no había nada ni nadie que pudiera hacer tambalear mi lealtad.
Desde que salí de "La Familia" hace tan sólo cinco meses tuve la oportunidad de escuchar extensamente los relatos de otros ex-miembros y pude ver que aunque hay similitudes en las experiencias hay diferencias individuales de cómo se unieron o dejaron "La Familia". de hecho, he llegado a comprender que mi experiencia ha sido realmente única, y que si aguanté tanto fue debido a que en mi rol de pionero yo disfutaba de una inusual libertad para mantenerme lejos del "cuartel general", donde ocurrían habitualmente cosas peores y donde más se presionaba y se hacía sufrir a la gente. Además mi posición como líder y mi participación en numerosos "ministerios especiales" hicieron posible un elemento importante que es crucial para una persona con mi forma de ser emocional y psicológica, que es la de tener la posibilidad de expresarse creativamente y con sentido.
La necesidad de libertad y expresión fue siempre muy importante para mí, y tanto como pude, me construí un lugar propio en "La Familia" en donde me permitía desarrollar esos elementos esenciales. En mi sentido yo fui capaz de funcionar, y en algunos casos, hasta prosperar. Sin embargo, cuando más tarde fui forzado a soportar el costado totalitario y autoritario de "La Familia" en una atmósfera de manipulación y control, me quebré y ésto es lo que me condujo felizmente a mi reciente salida del grupo.
En todo caso, después de diez exitante años en el grupo las cosas comenzaron a desarmarse después de la RNR (Revolución de Nacionalización y Reorganización, tal como se llamó) en 1978, y "La Familia" tal como yo la había conocido, cambió básicamente. Las cosas, por supuesto, habían comenzado a volverse completamente anormales en los últimos dos años aproximadamente, lo que comenzó lentamente a deteriorar la sólida convicción y la imagen perfecta que yo había tenido en "La Familia" hasta ese momento. Por esa época, de hecho, a medida en que las cartas de Mo iban aumentando su bizarra grosería, yo tendía a "compartimentalizar". En otras palabras, yo confiaba en mis convicciones, basadas en mis propias experiencias personales fuera de "La Familia:, creyendo que era la voluntad de Dios permanecer allí, por lo que muchas de las rarezas las barría bajo la alfombra, se podría decir, a fin de no tener que estar analizando continuamente esas inconsistencias potencialmente debilitadoras.
Fue en el 78 en que vi al grupo desintegrarse en un montón de pequeñas bandas sin objetivos, un montón de gente perdida que estaba cayendo en el abuso del alcohol pesado así como también en actividades sexualmente promiscuas. Yo también iba por el mismo camino, por el momento sin rumbo, y debido mis sentimientos de respeto a mí mismo, comencé a deteriorarme completamente, al punto de avergonzarme de lo que había llegado a ser. Fue en ese momento en que decidí tomar el control de mi propia vida, ganar mi sustento y el de mi esposa e hijos, a quienes tanto amaba.