Han pasado treinta y cinco años, más de un tercio de siglo, desde que se celebró en Quinto la primera reunión informativa sobre las ventojas de la concentración parcelaria, y tres lustros desde que la Asamblea general de la Cámara Agraria aprobara el primitivo proyecto de obras de puesta en riego del monte.

En ese tiempo se ha dado fin a la gran mejora, una ambiciosa empresa que en su momento, considerando la superficie de tierra redimida y el número de parcelas beneficiadas, fue pionero en España, de los riegos por aspersión. Pero también, desgraciadamente, el tiempo se ha llevado o personas queridas, o amigos y convecinos que dedicaron muchos horas de su vida e innúmeros esfuerzos o trabajar en pro de lo obro común, que no pudieron ver felizmente terminado.

Nuestro recuerdo y nuestro gratitud están con: