En Quinto el Gobierno aragonés hizo entrega al uso de las obras de puesta en riego de 2.571 hectáreas». Estos son los titulares del reportaje a página que el sábado 26 de octubre de 1985 publicaba el diario «Heraldo de Aragón», de Zaragoza.De la amplia información recogemos:
«Quinto vivió ayer una jubilosa jornada, que bien puede ser calificada de histórica, con la entrega al uso de las obras de puesta en riego de 2.571 hectáreas. La importante mejora afecta a 364 fincas pertenecientes a 284 propietarios... Asistieron al acto el pre-sidente de la Diputación General de Aragón, Santiago Marraco, acompa-ñado de los consejeros de Agricultura, Ganadería y Montes, Industria y Ener-gía y Obras Públicas; el delegado del Gobierno, Angel Luis Serrano y el presidente de la Diputación Provincial, Florencio Repollés. Fueron recibidos por el Ayuntamiento de Quinto en corporación, presidido por el alcalde Javier Dobato, y por el presidente del Sindicato de Riegos «La Loma», Gregorio Casanova. El presidente Marraco firmó en el Libro de oro del Ayuntamiento y pronunció unas pala-bras: “Con la puesta en regadio de estas hectáreas casi se triplico lo zona regable de la localidad, existiendo la posibilidad de ampliar esta área en 1.200 hectáreas más. Esta actuación, que inició el IRYDA hace bastantes años y antes de ser traspasada al Gobierno aragonés se encontraba en 1.983 prácticamente paralizada por problemas de financiación, pudo desbloquearse por la acción conjunta de la Diputación General y del Sindi-cato de Riegos hasta ser terminada y entregada hoy a los agricultores.
En la actualidad Quinto contará con las citadas 2.571 hectáreas de nuevo regadio, más 1.500 del regadio viejo y la posibilidad de ampliación de la zona regable a otras 1.200 hectáreas, de la que una quinta parte, sobre la que se realizarán estudios, podría acometerse en un plazo de tiempo relativamente corto»...
Técnicamente esta obra presenta varias novedades por los métodos aplicados en su construcción y uso. Aspectos como el ahorro del 43 por ciento en el casto de energía eléctrica, debido al aprovechamiento de ocho horas valle, utilizada por la noche y no en horas consideradas punta, para elevar el agua al embalse, el cual tiene una capacidad de más de 100.000 metros cúbicos y se llena en el período mencionada. En la cuenca del Ebro no existen precedentes de una obra de esta envergadura, en la que el agua se sube a 130 metros sobre el nivel del río, pues las elevaciones más altas se situaban hasta el momento en 50 o 60 metros. El agua, que alcanza una velocidad de impulsión de unos dos metros por segundo, tarda cuarenta y cinco minutas en llegar de un extremo a otro de la zona regable...
El IRYDA, que realizó en Quinto la concentración parcelaria estu-dió la posibilidad de riego de la zona. Para ella se realizó la citada elevación impulsando el agua, por medio de seis grupos de 1.500 caballos de fuerza cada uno, a través de una tubería de 4 kilómetros de longitud, 1,6 metros de diámetro y una capacidad de 3,6 metros cúbicas por segundo. Esta agua impulsada llega al embalse y se distri-buye por una red de sesenta kilómetros de tuberías que cubren la zona regable...”
Los asistentes se dirigieron a la central impulsora, situada a orillas del Ebro, donde el presidente Marraco, después de escuchar las explicaciones de los técnicos, puso en marcha los motores que elevan el agua hasta el depósito regulador. Que se visitó, está construi-do en la cota más alta del término municipal, en ruta hacia Azaila. Fue en este lugar donde se procedió a la entrega al uso de las obras de puesto en riego. Finalmente se efectuó un recorrida par toda la zona de riego, una inmensa llanura que dentro de poco quedará, merced a la acción del agua, convertida en un vergel. Centenares de vecinos acampoñaron a las primeras autoridades, prodigándoles sus atenciones...
La jornada concluyó con un almuerzo en el que se brindó
por el futuro de la agricultura quintana, ahora ya perfec-tamente asegurado.