Augusto Angel Maya.
Profesor Universidad
Nacional de Colombia, Sede Manizales
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6. Orden ecosistémico y orden culturalCuarta Parte: La Cultura como sistema de adaptación
Desde la perspectiva de la cultura como la hemos definido (ver número anterior), podemos comprender hasta qué punto están equivocados algunos movimientos ecologicistas o algunos científicos que se contentan con lanzar denuestos contra el hombre, porque introduce el desorden dentro de las leyes precisas que regulan el funcionamiento de los ecosistemas. No es el "hombre" tomado individualmente, el que causa el problema ambiental, sino el hombre inserto y formado en una cultura.
El problema ambiental surge de los posibles conflictos entre ecosistema y cultura. La cultura es una plataforma versátil de adaptación y transformación del medio, cuyo equilibrio no es fácil de asegurar. Por otra parte, el hombre como especie o la cultura como sistema no tiene otra fórmula de adaptarse que a través de su compleja plataforma instrumental, construyendo técnicas, organizando formas sociales de convivencia o de conflicto y elaborando símbolos que le permitan comprender mejor la realidad exterior y sus relaciones con ella.
El orden cultural, por consiguiente, no es el orden ecosistémico, pero tampoco el desorden. Es otro orden distinto. Es tan falso y tan desorientador plantear que el orden ecosistémico es el único pocible, como creer que el único orden posible es el de la ciudad y que la naturaleza, por fuera de ella, es el caos. El ecosistema tiene su propio orden, pero no coincide con el orden cultural. La sociedad construye su propio orden transformando el orden ecosistémico. Ambos representan dos momentos evolutivos diferentes.
Por esta razón el problema ambiental no consiste en conservar el orden ecosistémico, sino en saberlo transformar bien. El orden humano también es un orden natural. Ha surgido de la evolución y tiene raíces biológicas. Pertenece a la naturaleza, pero está sostenido en una estructura distinta de comportamiento que es necesario entender, para analizar debidamente la crisis ambiental.
El hombre no puede regresar en la escala evolutiva, para adaptarse,
como cualquier especie, a través de un nicho ecológico. Ha
sido arrojado definitivamente del paraíso ecosistémico. Esta
situación ha sido bellamente descrita por los mitos babilónicos
reproducidos por el mito judío del paraíso terrenal. El ambientalismo
tiene que asumir la tecnología y la cultura como etapas evolutivas
que es inútil desprestigiar y que más vale aceptar como etapas
de la vida misma.