Oscar Robledo Hoyos
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CULTURA LIGHT E INVESTIGACION. "Bebidas light, cigarrillos light, televisión light. He aquí uno de los mayores imaginarios postmodernos” (1). Si a ésto le añadimos aquello de Horacio Serpa : “Tenemos ahora un presidente light”, cerramos un capítulo a la liviandad o a “la brevedad del ser”de Kundera. Todo ligero, la ropa, el jabón, la mermelada de fresas y las gaseosas. Una medida actual para los altos porcentajes de consumo de nuestros jóvenes, cada vez mas altos. ”Es decir, de los paradigmas de concentración, preocupación, contracción, se ha pasado a los de los relajación, disipación. La figura del pensador de Rodin ha sido trocada por la de Homero Simpson. Información banal versus pensamiento ilustrado; alfabetización funcional versus alfabetización critico-creativa. (2). “El es un buen asesor, nos gusta su manera de explicarnos y es más, le entendemos, pero nos exige demasiado, va muy rápido, nos pone a leer demasiado, muchas consultas”, nos decía a manera de queja un estudiante.
Son voces desde la universidad, puntos de vista que van y vienen. Como en el viejo programa mexicano : Pero ¿qué nos pasa?.
Vamos de aquí para acá abreviando los caminos, simplificando las cosas, leyendo extractos, sacando fotocopias a porrillo, todo rápido, para ya . ¿El futuro?, ¿el mañana?. No hay mañana todo es hoy. El mundo es rápido, va vertiginoso, no hay tiempo, todo corre... apresurémonos que el que llegue primero será el mejor. No hay tiempo para la elaboración de productos acabados, hay que terminar de una vez por todas. Son los tiempos modernos!, qué le vamos a hacer!.
Pensamiento de segunda mano, versiones para coger en el supermercado al lado de la lechuga y la crema de dientes. Para salir del paso. Los autores fundamentales se quedan en las bibliotecas esperando que pase la cultura de lo light.
La cultura investigativa se nos escapa con las modas de lo rápido y lo ligero. No hay tiempo. Beber de las fuentes primigenias, asomarnos al planteamiento genuino - sin tergiversaciones - es tedioso. No hay tiempo. Nos asomamos a un balcón para lidiar los toros desde la barrera, no nos arriesgamos en la lectura a fondo, apasionante, con todos los vericuetos de la belleza de la dificultad puesta en público como lo quisiera Kant y para parodiar a Estanislao Zuleta en su Elogio a la Dificultad. Profesores (alguno) consultando expertos en resúmenes rápidos sobre pensamientos sólidos o repitiendo notas de hace años cuando tuvo el coraje de leer los textos originales.
Hay que volver a lo sólido. No repeticiones o interpretaciones de lo que el lector no ha leído y el resumidor no ha entendido. Ir a las fuentes, ir a los clásicos. Esta moda de lo light nos está matando y no nos damos cuenta.
Carlos Alberto Ospina da dos consejos prácticos para avanzar en la cultura investigativa: ir directamente a los textos-fuente y seguir los pasos de un investigador consagrado. Alveiro Valencia (historiador) ratifica el segundo cuando asegura que en su formación intelectual fue clave seguir las preguntas, los procedimientos, las temáticas relevantes y los pasos de Germán Colmenares respecto a la historia regional del Valle del Cauca, fue así que descubrió el territorio apasionante de la historia del Occidente Caldense como nuevo objeto de estudio.
Por el miedo de engordar nos estamos muriendo de flacos.
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(1) Lo Light. Esa cultura de pasarela. Carlos Fajardo Fajardo, Magazin del Espectador, 11 de Octubre de 1.998, pag 3.(2) Ibidem, pag 3.