Jorge Echeverri González
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En la internet se libra otra guerra: la guerra de la información. Aunque la situación no es nueva, los mecanismos y sus consecuencias sí lo son y reflejan las realidades de la red de comunicaciones computarizadas. Si la primera guerra mundial se pudo conocer a los días, por los medios del momento, periódicos y telégrafo, la segunda de estas guerras cambió su escenario informático y utilizó la radio comunicación. Aunque aún no había transistores, los aparatos de radio daban día a día los avances de los ejércitos según los boletines que les llegaban a sus centrales de información vía telex. Las diversas escaramuzas calientes de la guerra fría que le siguió utilizó la televisión y fue así como el pueblo norteamericano cobró conciencia de su trágica participación en la guerra y movió la opinión pública en su contra. Mucha de la información, sin embargo, no era transmitida en forma instantánea y se debía esperar a que llegaran los pregrabados. La inmediatez empezó a ser realidad con el uso de los satélites y así pudimos ver en directo aspectos de la guerra del golfo. Pero ahora la guerra de la información se trasladó a internet.
Todos estos mecanismos de comunicación se van entremezclando y enriqueciendo, aunque algunos de ellos desaparezcan (¿quien se acuerda ya del télex, infaltable en las oficinas hace una década?). Muy pronto tendremos integrado el televisor con el satélite, el computador y el teléfono, de modo que accederemos a todo vía internet o algo parecido. Y la red cambia la percepción de la información, pues la nueva tecnología, aunque democrática, es de múltiple faz. Los medios informativos anteriores filtraban la información y si el medio era serio, se podía tener una cierta garantía de veracidad y objetividad. O sabíamos su enfoque y desde qué perspectiva nos transmitían. Así pudimos formarnos hace cuatro décadas una multifacética visión de lo que sucedía en Cuba, pues sintonizábamos las transmisiones de onda corta de los Estados Unidos, pero también de la isla caribeña y de la Unión Soviética.
Ahora, la información circula sin filtros y cualquiera con acceso a la red, puede darnos su particular visión del mundo. El resultado es que la realidad se nos fragmenta cada vez más y cada vez sabemos menos en dónde estamos. Así, hemos llegado al "primer gran conflicto internacional que es registrado y difundido por internet" en el que "existen tantas versiones de los acontecimientos como personas dispuestas a subirlas a la red" según lo expresa Patti Hartigan en reciente artículo del New York Times. Podemos consultar al momento los boletines de la Otan , visitar la página del gobierno serbio o la de los kosovares . Podemos leer en tablones, chats y listas las más divergentes opiniones. Aunque aquí también hay desniveles en los que pierden los débiles. Los boletines de la OTAN tiene cara de más profesionales, en tanto que en los boletines serbios, los adjetivos más suaves para referirse a la OTAN van por el nivel de agresores y la mayor parte de los vínculos de la página kosovar está en construcción. O se dan escaramuzas de otro tipo de guerra como es el bombardeo de correos a los sitios de la OTAN originados al parecer en Serbia o por sus simpatizantes con lo que buscan bloquearlos.
No ganamos.emtonces, en objetividad, aunque en opinión de activistas de los derechos humanos este medio es herramienta invaluable. Los periodistas del Instituto para la guerra y la paz que han vigilado de cerca el conflicto de Serbia desde 1991, han podido ingresar sus archivos a la red, después de que los periodistas occidentales fueron expulsados de Serbia o podemos acceder a la radio independiente B92, estación de Belgrado que continuó sus transmisiones en su sitio de internet luego de que fuera proscrita.
La internet surgió como una red de información para la guerra. Se transformó en una red de datos para investigación académica, revolucionó la información y la comunicación. Esperamos que revolucione la relación entre los hombres y podamos encontrar en ella, más que la guerra, la que parece inalcanzable paz. Si ello es así, que vivan las guerras por internet y que en la red podamos enfrentar informaciones y opiniones sin que tengamos que llegar a las armas.