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Certificación Forestal: Una necesidad para la conservación de los bosques en Chile. Antonio Lara y Cristian Echeverría Universidad Austral de Chile Valdivia INTRODUCCION El sector forestal en Chile, basado principalmente en plantaciones forestales de Pinus radiata y Eucalyptus sp, ha sido uno de los sectores más dinámicos de la economía desde 1974. Durante este período se ha aplicado una política forestal que ha permitido aumentar significativamente las inversiones y exportaciones del sector, las cuales representan la tercera fuente de divisas del país superando los 2.000 millones de dólares anuales. Las exportaciones forestales están constituidas en un 89% por productos de las plantaciones, siendo minoritaria la participación del bosque nativo (INFOR-CORFO, 1997). Debido a estos logros, Chile ha sido a menudo considerado como un modelo de política forestal exitosa dentro de América Latina. En contraste con los resultados positivos exhibidos por la política forestal chilena, existe una creciente destrucción y deterioro de bosque nativo, constituyendo uno de los principales problemas de conservación ambiental en el país. Las principales causas de destrucción del bosque nativo (disminución de superficie) son la sustitución por plantaciones, incendios intencionales y habilitación de terrenos para uso agropecuario. La razón fundamental de su deterioro (disminución de su calidad) es el "floreo", que consiste en la explotación sin técnicas silvícolas adecuadas, en la cual se extraen los mejores árboles de las especies más valiosas. Se estima que un 95% de la superficie de bosque nativo intervenida anualmente corresponde a estos procesos de destrucción y deterioro, mientras que se maneja con técnicas adecuadas solamente menos de un 5% del total intervenido (Lara, 1996). La principal causa de destrucción y deterioro de bosque nativo es su sustitución por plantaciones forestales de Pinus radiata y Eucalyptus sp. Según las estimaciones existentes, entre un 50% de la superficie destruida anualmente se explica por la sustitución (Banco Central-Universidad Austral de Chile, 1995). Esta destrucción y deterioro está afectando a bosques templados mediterráneos y lluviosos del país, en los cuales un tercio de los géneros de plantas son endémicos de Chile y Argentina (Arroyo et al., 1996). La sustitución de bosques nativos ha reducido la distribución y las poblaciones a 6 de un total de 11 especies leñosas, actualmente clasificadas como en peligro de extinción (Lara et al., 1996). La sustitución de bosques también ha tenido otros impactos negativos tales como la reducción en la producción de agua y la expulsión de población rural (Lara et al., 1996). La solución a los problemas planteados se ha visto dificultada por la falta de acuerdo entre los diversos actores sociales del sector forestal (incluyendo a empresas, Gobierno, organizaciones conservacionista, organizaciones campesinas) frente a aspectos fundamentales de los bosques nativos. Entre los principales puntos de desacuerdo están los siguientes: diagnóstico respecto a la magnitud de los procesos de sustitución, base legal para restringir el uso de los bosques en los terrenos privados (los cuales representan la mayoría de los bosques productivos y casi todas las plantaciones) e importancia potencial de los subsidios al manejo del bosque nativo para fomentar su uso sustentable. Esta falta de acuerdo ha impedido establecer una política forestal, así como también mejorar la legislación relativa al bosque nativo, existiendo un proyecto de ley que se ha discutido desde hace casi seis años en el Congreso sin llegar a promulgarla. Por consiguiente, el sector forestal se ha visto entrampado en un intenso debate sin que hasta el momento se hayan implementado soluciones a los problemas de uso del bosque nativo. Otro factor que ha dificultado avanzar en las soluciones es la dicotomía o visión antagónica que ha primado respecto a las plantaciones versus el bosque nativo. De esta manera, han existido por décadas subsidios, apoyo estatal y una fuerte inversión privada en las plantaciones forestales, como en el desarrollo industrial, comercialización y exportación de los productos de estos recursos, sin una inversión y apoyo al manejo del bosque nativo. USO DE LOS BOSQUES E INSERCIÓN GLOBAL En los últimos años se han desarrollado una serie de procesos y acuerdos internacionales para establecer criterios e indicadores de sustentabilidad en el manejo de los bosques. Entre ellos Chile participó en el Proceso de Montreal que llevó a la Declaración de Santiago en febrero de 1995, firmada por Chile y otros nueve países. Esta declaración reconoce la voluntad de los gobiernos de empezar a manejar sus bosques según siete criterios de sustentabilidad, incluyendo entre otros: conservación de la diversidad biológica; mantenimiento de la capacidad productiva; sanidad y vitalidad de los bosques; conservación y mantenimiento de los recursos suelo y agua; marco legal, institucional y económico para la conservación y manejo sustentable del bosque. En forma paralela a los criterios e indicadores de sustentabilidad, existe una creciente exigencia de los países importadores por productos forestales certificados mediante un "sello verde", que asegure que estos son producidos en forma sustentable. De esta manera, se han empezado a desarrollar iniciativas de certificación en Chile, tanto dentro del marco de la Forest Stewardship Council como bajo la norma ISO 14.000. Esta situación irá estableciendo una nueva exigencia de calidad respecto a los productos forestales y los procesos de elaboración. La mejor forma de enfrentarla es buscar nuestra participación como país en la definición de criterios y estándares para la certificación y, en definitiva, ir avanzando gradualmente hacia una silvicultura y procesos productivos sustentables. En este punto es importante señalar que frecuentemente se asume que los productos de plantaciones serían fácilmente certificables y que su exportación no se vería afectada por los problemas de mal manejo y destrucción del bosque nativo. Esta evaluación no es apropiada, ya que la silvicultura y procesos productivos de las plantaciones en muchos casos no cumple con criterios de sustentabilidad. Por otra parte, existe una serie de antecedentes que permite afirmar que del buen manejo y protección del bosque nativo que se haga hoy, dependerá la certificación de las plantaciones en el futuro cercano. Esta afirmación se basa en la necesidad de proyectar la imagen de un país con un sector forestal sustentable (incluyendo plantaciones y bosque nativo), así como en los criterios internacionales vigentes para la certificación, los cuales en el caso de la FSC requieren que las plantaciones no sean originadas por sustitución de bosques naturales (Criterio 10 del Consejo de Manejo Forestal, FSC). Esto es especialmente válido debido al problema de sustitución de bosque nativo por plantación en Chile, la cual es conocida en el ámbito internacional. CONCLUSIONES La certificación forestal puede jugar un rol fundamental en promover el manejo sustentable de los bosques en Chile. Ello debido a que puede estimular el consenso acerca del uso de los bosques en nuestro país, promover la silvicultura adecuada del bosque nativo y asegurar y proyectar en el largo plazo el negocio de las empresas forestales exportadoras de productos de Pinus radiata y Eucalyptus sp, las cuales podrán mejorar la estabilidad de sus exportaciones así como incrementar su acceso a mercados más exigentes y que pagan mayores precios. Con una visión integral, en vez de considerar la exigencia de cumplir con estándares ambientales, generada desde el exterior a través del proceso de certificación, como una desgracia, debemos tomarla como una oportunidad. Debido a que las plantaciones representan sobre un 89% de la producción industrial y exportaciones del sector forestal, y debido al fuerte impacto negativo de las plantaciones sobre el bosque nativo, puede afirmarse que los esfuerzos de la certificación en Chile debieran poner énfasis en las plantaciones, abordando además el bosque nativo. En este sentido, es fundamental el criterio de que para certificar los productos de plantaciones, es necesario asegurar que ellas no provengan de la conversión del bosque nativo. De esta manera, se tendría un impacto significativo para reducir la sustitución del bosque nativo y orientar las nuevas plantaciones hacia los terrenos desprovistos de bosque. Como conclusión final es posible afirmar que si bien se debe avanzar en la certificación del manejo del bosque nativo, la certificación de las plantaciones tendrá un efecto más importante para la conservación de los bosques naturales. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS BANCO CENTRAL-UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE. 1995. Determinación de Stocks de Bosque Nativo. Informe Final. INFOR-CORFO. 1997. Boletín Estadístico. Estadísticas Forestales 1996. LARA, A.; C. DONOSO y J.C. ARAVENA. 1996. La Conservación del Bosque Nativo de Chile : Problemas y Desafíos. En: Ecología de los Bosques Nativos de Chile. J. J. Armesto ; C. Villagrán y M. K. Arroyo (Eds). Santiago. Chile. pp 335-361. AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen el apoyo financiero brindado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, Proyecto 9Z0711/01). |