PROBLEMAS DE IDENTIDAD EN LOS JÓVENES
Influencia de la problemática psicosocial en los transtornos de
identidad
Por Miguel Molla
Han aumentado los problemas psicosociales y ambientales que pueden afectar al individuo
y hacerlo vulnerable a sufrir perturbaciones.
Un problema psicosocial o ambiental puede ser un acontecimiento vital negativo, una
dificultad o deficiencia ambiental, un estrés familiar o interpersonal, una insuficiencia
en el apoyo social o los recursos personales, u otro problema relacionado con el contexto
en que se han desarrollado alteraciones experimentadas por la persona.
El Manual diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-IV, editado por la
American Psychiatric Association ha agrupado en categorías dichos problemas
psicosociales que son las siguientes:
- Problemas relativos al grupo primario de apoyo.
- Problemas relativos al ambiente social.
- Problemas relativos a la enseñanza.
- Problemas laborales.
- Problemas de vivienda.
- Problemas económicos.
- Problemas de acceso a los servicios de asistencia sanitaria.
- Problemas relativos a la interacción con el sistema legal o con el crimen.
- Otros problemas psicosociales y ambientales, por ejemplo exposición a guerras,
desastres y conflictos.
Si bien estos problemas psicosociales aumentan de diferente manera el riesgo de acuerdo
a las reacciones individuales,cuando una persona tiene problemas ambientales o
psicosociales múltiples, su impacto global aumentaría el riesgo específico individual.
Los trastornos de identidad juvenil tienen su origen en carencias familiares,
influencias sociales defectuosas, frustraciones acumuladas por el sistema educativo y
laboral.
Estas distorsiones sociales han provocado las conductas que expresan sintomáticamente
estos conflictos.
Una Identidad debilmente establecida es facilmente influenciada por un ambiente que no
ayuda a una autentica personificación (la identificación genuina de la persona con su
real potencial y límite).Por el contrario fomenta la imitación compulsiva y son
facilmente suceptibles a la presión de la masa.
El estrés psicosocial sufrido por nuestra población explicaría las fuertes
tendencias evasivas por una gratificación inmediata de lo impulsivo, y muchas veces la
falta de límites en el consumo de sustancias y la violencia epidémica.
Las personas que han sufrido abusos físicos, emocionales, torturas, guerras y
desastres naturales, padecen de trastornos postraumáticos, y son proclives a tener un
trastorno de Identidad disociativo (la división y fragmentación de la identidad
personal).
El costo social de los trastornos postraumáticos es extremadamente alto. Así por
ejemplo, recientes investigaciones sugieren que el riesgo de intentos de suicidio entre
personas con trastornos postraumáticos es incluso mayor que en casos de depresión
severa. Adicionalmente existen evidencias de que personas con trastornos postraumáticos
tienen mayor puntaje de trastornos mentales, alcoholismo, drogadicción, y abusos contra
las generaciones sucesivas.
Los condicionamientos Sociales a diversos tipos de adicciones
En nuestra población muchas veces los trastornos de consumo de sustancias
son una forma de adicción entre otras; esta misma problemática de fuertes tendencias
adictivas se manifiesta en distintos grados en el contínuo psicosocial.
Estas tendencias serían fomentadas por procesos de condicionamiento social. Han
aumentado por ello otras adicciones aparte de las comunes (al tabaco, café, alcohol y la
tendencia a los trastornos alimenticios), adicción la TV, a los Casinos y a los juegos de
azar, al futbol, adicción a la violencia en los medios de difusión-TV, periódicos, etc,
etc.
En esto se debe diferenciar un uso normal adaptativo del uso ansioso-compulsivo. Estas
expresiones de compulsión, reflejan una profunda falta de Confianza Básica en la
población, que se denota en un incremento de la hostilidad, pérdida de la solidaridad,
de la fraternidad y el interés genuino por el otro, así como el surgimiento de
fuertes tendencias defensivas, miedos y represiones de la espontaneidad.
Se muestra un yo debilitado que vive más de la imágenes
estereotipadas que de su ser auténtico y personal.
Cuando una problematica llámese alcoholismo, drogadicción, se vuelven epidémicas,
tenemos que buscar explicaciones más amplias que las estrictamente
clínicas-psiquiatricas.
El consumo masivo de alcohol y el aumento de la droga en sectores antes aparentemente
más protegidos como mujeres y adolescentes, estaría indicando algo.
Esta dinámica social desintegradora provocaría el aumento de trastornos de identidad
disociativos.
Esta desintegración sería una condición de vida traumatizante y generadora de
distorsiones y perturbaciones de la Identidad, especialmente entre los jóvenes. Para
ellos especialmente la experiecia de una comunidad de vida sería una alternativa. |