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20/5/00: Blues for a red planet
(with apologies to Carl Sagan) Porque yo pienso que una buena película de ciencia- ficción es aquella que te hace desear ser astronauta al salir del cine. Y M2M cumple ésto con creces. No todo es culpa de, er, los préstamos narrativos. Marte es el culpable. Porque, al contrario que la bola de polvo y rocas que es la Luna, Marte no es muy distinto de Monument Valley. Marte es un lugar que podría ser habitable por los seres humanos en un futuro más o menos lejano. Y el espíritu romántico de los canales de Percival Lovell se conserva en los maravillosos nombres de la orografía de nuestro planeta vecino. Nyx Olympica (un gigantesco monte, de una altura superior a la de unos cuantos Everests) , Noctis Labyrinthus, Utopia, Crise, Kasei... Y, sin embargo, M2M está plagada de errores científicos. En primer lugar, para ser el 2020 ya podrían tener hasta Internet por satélite. El aspecto de las comunicaciones con el centro de control está pésimamente llevado. La sociedad, la ropa y los coches son idénticos a los de los 90. Venga, cuántos de vosotros confundiríais el estilo de los 70 con el de los 90? Por último, cuando los astronautas de despojan de los cascos, me hubiera gustado poder largarle una bofetada al guionista o al asesor científico, el que cayese más a mano. ¿Es que no han oído hablar nunca del concepto "contaminación bacteriana"? Estas cosas pasan por no leer los clásicos. Por ejemplo, e irónicamente, "La Guerra de los Mundos." «««Ver entradas anteriores»»» |