El coipo (Myocastor coypus) es un roedor de la familia Capromyidae y a veces clasificado en una familia especial llamada Myocastoridae.
Este roedor parece rata almizclera con ojos y oídos pequeños, es nativo del sur de Sudamérica y en Chile habita desde Coquimbo a Tierra del Fuego, abundando en ríos, pantanos y lagos hasta el contrafuerte cordillerano.
El coipo llega a medir un metro de cabeza a cola y a pesar nueve kilogramos. Posee una cola larga, redondeada y gruesa que la utiliza como remo. Su pelaje es de color café rojizo compuesta por dos capas, la primera es gruesa y sobresale de la otra más corta y suave, las que juntas le hace impermeable. Las patas traseras están compuestas por unos pies de cinco dedos unidos por una membrana que le hace experto nadador, al contrario de las manos cuyos dedos son muy ágiles le permite manejar el alimento con destreza.
Perfectamente adaptado al agua, el coipo es vegetariano y con sus grandes incisivos se alimenta preferentemente de algas del fondo del agua y, cuando se siente seguro, de pastos tiernos y tallos que encuentra cerca de la orilla. Su vida es preferentemente nocturna y durante el día se esconde en madrigueras flotantes construidas por el mismo a base de totoras, batros y otras plantas. Estas madrigueras se caracterizan por tener la entrada bajo la superficie del agua.
El coipo fue muy cazado por su preciada piel durante el siglo IXX y principios del siglo XX lo que produjo una disminución en su cantidad, sin embargo sigue siendo abundante debido a su gran fertilidad pues la hembra puede tener tres camadas de cuatro a diez crías al año.