Carta de
Dios
Es difícil decirte hasta qué punto te quiero y te
perdono cada día. Eres un ser humano, mi amigo. Mi milagro
mejor porque eres fuerte pero puedes ser débil y aun
valiente. Eres inteligente y, sin embargo, ciertos días te
sientes tan vacío que ni te ves el alma en el espejo. Estás
pleno de dones y talentos. Te lo aseguro yo que soy tu
Padre, te lo aseguro yo que soy tu amigo. Siéntate un día a
repasar la vida. Por peor que la sientas nunca será tan
mala ya que aún estás allí para mirarla. Piensa en lo bueno,
vamos , sin pudores. Reconoce tus puntos más brillantes, juega
con ellos ahora en tu recuerdo. Si das vuelta a la esquina de los
sueños te encontrarás allí contigo mismo. Mírate con afecto y,
si es posible, descubre lo que has sido sonriendo, observa lo
que eres sin reproches, planea qué serás con entusiasmo. Y
piensa que tan sólo con desearlo puedes cambiar tu vida para
siempre. Sólo hacen falta ganas, muchas ganas. Te di la
voluntad, debes usarla. Arranca con un paso el camino más
largo que será menos largo al dar el paso. No estás ciego, mis
ojos son tu guía. Ni estás sordo pues me estás oyendo. Ni
estás paralizado porque cada momento yo te siento más cerca y me
conmueve. Ni estás mudo, yo escucho tus lamentos que le hacen
perder tiempo a tus acciones y yo escucho, también, tus
oraciones que me llegan flotando entre la gloria. No sé si
entiendes lo que significas: mi mayor creación, mi gran
milagro. El dueño y esclavo de tu historia. No temas comenzar
la vida nueva si esta no te conforma. No te lamentes nunca, no
te quejes, no te dejes caer, no te atormentes, no aceptes el
fracaso pues no existe, no maldigas, no busques más
culpables, no te culpes tampoco, no te hieras, no te rindas
jamás, no te deprimas. Más que nada, no temas. Nunca
temas. ¿Cómo puedes temer si te acompaño? Tienes muchos
poderes que no usas y muchos que ni sabes que los tienes. Te
he dado lo mejor y te hice libre. Y te hice irreemplazable. No
hay otro como tú en el universo; gente, persona, ser humano,
hijo. Eso que buscas tanto día a día, esa felicidad que te
desvela, no se encuentra en los qué sino en los los
quiénes. No vas a hallar en cosas la alegría sino en personas
como tú, que esperan. Yo ya cumplí mi parte, hoy es tu
turno. Te di el regalo de pensar, reírte; el de amar, elegir,
emocionarte; el de determinar y hasta enojarte; el don de
imaginar, crear, ser libre; y el de soñar, planear, cantar un
poco; hablar hasta sentirte un poco loco porque los cuerdos
son muy peligrosos. Te regalé rezar desde tu alma, decidir con
tu mente tus acciones y tejer tu destino de esa forma. Casi te
puse más allá que un ángel para tenerte cerca si me
aceptas. Todo eso yo te di, pero ¿qué hiciste? ¿Qué has hecho
de esas fuerzas que impresionan? No importa en realidad, voy a
olvidarlo. No es tiempo de reproches, nunca es tiempo. Desde
este mismo instante yo te pido que olvides tu pasado
mansamente si es que en él hay espinas que te hieren. Vas a
ser alguien nuevo y para eso vas a aprender ya mismo a
perdonarte. Yo ya te perdoné y ahora es tu turno, tu turno una
vez más, tienes mil turnos. Después junta el perdón que es lo más
difícil y tranfórmalo en fácil con hechos y
palabras llevándolo en tus manos a los que te ofendieron. "No
es sencillo", dirás. Y, sin embargo, no dijiste tal cosa hace un
instante cuando tú mismo fuiste perdonado. Devuelve unas
monedas de ese pago para estrenar tu estado de alguien
nuevo. Ya que vas a elegir, que esté bien hecho: Ama en lugar
de odiar. Ríe y no llores. Crea y jamás destruyas. Inventa
los colores. Persevera en lugar de renunciar. Alaba, con
critiques. Cura y no hieras nunca. Es hora de que des, sin
pedir nada. De actuar sin postergar más cosas. De crecer en
lugar de consumirte. De bendecir en lugar de blasfemar. De
vivir en lugar de morir. Y siente mi presencia en cada acto de
tu vida flamante. Crece un poquito más en optimismo y goza del
perdón y la esperanza. Debes abrir tu puerta a la
sonrisa. Dejar atrás los miedos y las dudas. Borrar los
sentimientos de derrota. Yo estoy aquí, a tu lado , para
siempre. Me gusta que me llames, que me busques, que te
acuerdes de mí, que no me olvides. Yo, que he vivido en ti toda
tu vida, hoy estoy esperando para amarte. Si has de venir para
abrazarme un día, yo sé esperarte pero no te atrases. Puedo
esperar pero por ti te urjo. El tiempo es muy valioso, no lo
insultes creyendo que hay de sobra y para siempre. Yo sigo
junto a ti pues quiero darte la paz de una serena compañía, el
abrazo especial que abriga el alma, la caricia que todo lo
transforma. Vuélvete otra vez niño, simple, puro, sé inocente,
sé ingenuo y generoso. Si es que ya no lo tienes,
recupera rápidamente el don divino de asombrarte y ese de
conmoverte y asustarte ante la maravilla de sentirte
humano. Porque tú, mi milagro, estás lleno a tu vez de otros
milagros. Como poder oír, si lo deseas, ese sonido de tu
propia risa, puedes conocer el amor, puedes saber que te
prefiero sobre todo lo demás, puedes sentir una lágrima
abriéndose paso en tu mejilla, puedes comprender el
dolor, puedes ayudar a ayudarte. No olvides nunca que te
quiero ver feliz. Eres mi milagro, con tus bolsillos llenos de
milagros. Siémbralos en el mundo. Arroja a mano llena las
semillas de la misericordia, la piedad, la paz, la esperanza,
el amor, la fe, el coraje, los sueños y las ganas de
vivir como si todo fuera burbuja y cascabel. Ya sé que no lo
es, pero precisamente por eso hay muchos que te
necesitan para que les devuelvas ilusiones. Y tú los necesitas
a esos muchos. Vamos, no pierdas tiempo, mi milagro,
vamos. Usa ya tus poderes y regala tus dones. Yo estoy al lado
tuyo en cada instante. Y lo único que te pido a cambio de
eso es, simplemente, nada. Ni siquiera que estés al lado
mío, pues esa es tu elección y no tu carga. Vamos los dos. Nos
espera la vida. Dame la mano, yo te doy la mía. Te lo voy a
mostrar, ya que es difícil, es difícil decirte hasta qué
punto te quiero y te perdono cada día..
DIOS
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