La otra mujer

 

Cuando te pido que escuches

Cuando te pido que me escuches y me empiezas a aconsejar, no estás haciendo lo
que te pedí.

Cuando te pido que me escuches y me dices que no me debería sentir así, estás
hiriendo mis sentimientos.

Cuando te pido que me escuches y sientes que debes hacer algo para solucionar
mi problema, me decepcionas... aunque esto te suene extraño.

¡Escúchame!... Es todo lo que te pido, no hables, no hagas nada, sólo
escúchame.

Quizá es por eso que hablar con Dios nos consuela tanto.

Porque Dios no habla, no da consejos...

Dios sólo escucha y permite que yo encuentre la solución por mí mismo.

La naturaleza es muy sabia; por eso Dios nos dio dos oídos y una boca: para que
escuchemos el doble de lo que hablamos.

Anónimo

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