Todos hemos oido la expresion: "Acuerdate de detenerte a oler
las
rosas". Pero, ¿Con cuanta frecuencia en nuestras ajetreadas
vidas nos
tomamos el tiempo necesario para percibir el mundo que nos rodea?.
La mayoria de las veces, estamos atrapados por nuestros
horarios, los
pensamientos acerca de nuestra siguiente cita, el transito o la
vida en
general, como para darnos cuenta de que hay otras personas cerca.
Soy
culpable como el que mas por salirme de la sintonia del mundo de
esta
manera, en especial cuando conduzco por las superpobladas calles.
Sin embargo, hace poco presencie un hecho que me mostro
de que manera el
estar envuelto en mi pequeño mundo, me impedia tomar conciencia
de la
imagen mas amplia del mundo que me rodea.
Iba a una cita de trabajo y, como de costumbre, planeaba
en mi mente que
pensaba decir.Llegue a un cruce muy atestado en el que el semaforo
acababa de ponerse en rojo. "Muy bien -pense-, si les saco
ventaja a los
demas podre pasar la proxima luz."
Mi mente y mi auto estaban en piloto automatico, listos
para arrancar,
cuando de repente mi trance fue interrumpido por una vision inolvidable
Una pareja joven, los dos ciegos y tomados de la mano, caminaba
en esta
bulliciosa interseccion entre autos que pasaban zumbando en todas
direcciones.
El hombre llevaba de la mano a un niño pequeño,
mientras que la mujer
cargaba contra su pecho a un bebe en su mochila. Los dos sostenian
un
baston blanco extendido, buscando pistas que los orientaran hacia
la
esquina.
En un primer momento, me emocione. Estaban superando
lo que era para mi
una de las deficiencias mas temidas: La ceguera. "¡Que
terrible es ser
ciego!" pense.
Mi pensamiento se vio rapidamente interrumpido por
el horror cuando vi
que la pareja no caminaba por la linea peatonal, sino que iba en
diagonal, directamente hacia el centro mismo del cruce. Sin darse
cuenta
del peligro que corrian, caminaban justo por la mano de los autos
que
venian. Senti miedo por ellos porque no sabia si los demas conductores
se daban cuenta de lo que pasaba.
Mientras miraba desde la primera hilera de autos (tenia
la mejor
ubicacion), vi como se desarrollo un milagro ante mis ojos, todos
los
autos, desde todas las direcciones, frenaron al unisono. No oi chirriar
de frenos ni el sonido de una bocina, tampoco nadie grito: "¡salgan
del
paso!" Todo se congelo. En ese momento, el tiempo parecio detenerse
para
esa familia.
Asombrado, mire los autos que habia a mi alrededor
para cerciorarme de
que todos veiamos lo mismo. Note que la atencion de todos se dirigia
a
la pareja. De pronto, el conductor a mi derecha reacciono. Asomo
su
cabeza por la ventanilla y grito: "¡A la derecha, a la
derecha!" Otros
le siguieron al unisono: "¡A la derecha!". Sin alterarse
ni por un
instante, la pareja ajusto su rumbo de acuerdo a las instrucciones.
Confiando en sus bastones blancos y los gritos de
algunos ciudadanos
preocupados, giraron hacia el otro lado de la calle. Cuando por
fin
llegaron a la baqueta, algo me sorprendio, seguian del brazo. Me
impresionaron tambien las expresiones sin emocion de sus caras y
considere que no tenian idea de lo que pasaba a su alrededor.
Por otro lado, enseguida senti los suspiros de alivio
exhalados por
todos los que estabamos detenidos por el semaforo, todos los seres
humanos habiamos salido por un momento de nosotros mismos para ayudar
a
otros cuatro que lo necesitaban.
Desde que ocurrio, he pensado muchas veces en esta
situacion y aprendi
varias lecciones importantes. La primera es: "Detente para
oler las
rosas" (algo que rara vez habia hecho hasta entonces). Tomarse
el tiempo
de mirar alrededor y ver realmente que pasa frente a nuestros ojos
en
este preciso instante. Hagalo y se dara cuenta de que ese momento
es
todo lo que tenemos. Mas importante todavia, este momento es todo
lo que
tenemos para cambiar nuestra vida.
La segunda leccion que aprendi es que los objetivos
que nos fijamos
pueden alcanzarse mediante la fe en nosotros mismos y la confianza
en
los demas, pese a los obstaculos aparentemente insuperables.
La meta de la pareja ciega era llegar al otro lado
de la calle indemne.
Su obstaculo eran ocho filas de autos que les apuntaban, No obstante,
sin panico, ni duda, avanzaron hasta alcanzar su objetivo.Nosotros
tambien podemos avanzar para alcanzar nuestros objetivos, poniendonos
anteojeras para no ver los obstaculos que se interponen en nuestro
camino. Solo necesitamos confiar en nuestra intuicion y aceptar
la guia
de otros que puedan tener una mayor percepcion.
Por ultimo aprendi a apreciar el don de la vista,
algo que con demasiada
frecuencia habia dado por sentado. Se imagina lo distinta que seria
su
vida sin sus ojos? trate de imaginarse por un momento caminando
por una
bulliciosa esquina sin poder ver. Cuantas veces olvidamos los dones
simples y a la vez increibles que tenemos en nuestra vida.
Al alejarme de aquel cruce, lo hice con una mayor
conciencia de la vida
y compasion por los demas. Desde entonces, tome la decision de ver
la
vida mientras realizo mis actividades diarias y usar los talentos
que
Dios me ha dado para ayudar a otros menos afortunados.
Hagase un favor mientras camina por la vida: haga
un alto y tomese
tiempo para ver realmente. Tomese un momento para ver que pasa a
su
alrededor, en este preciso instante, exactamente donde esta ahora.
Tal vez, se les este escapando algo maravilloso.