Jugando con su niñez, un niño dejó
de hacerlo para dirigirse a su padre y
preguntarle:
¿Porqué a mi compañero de
juegos siempre lo reprende su padre y tu conmigo no
haces lo mismo?
-Porque la disciplina se impone a quien no cumple
con su deber.
Pero... ¿No crees que después de
tanto tiempo, mi amigo ya debería ser como su
padre quiere?
- Hijo, la disciplina como muchas otras cosas,
solo se puede ejemplificar en el
ser humano; lo que te quiero decir es que si quien imparte disciplina
no es a la
vez disciplinado, no puede ser obedecido, a menos que lo haga
por la fuerza,
pero entonces, sobre el camino del tiempo, lo que va sembrando
es rebeldía.
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