El misterio del amor

 



El amor es el misterio más grande del mundo.
Todos los hombres quieren ser amados y saber que su vida tiene un significado.
Todos creen saber lo que es el amor, porque, de algún modo,
han sido amados por sus padres o por otros.

Aún en el peor de los casos, el amor ha sido quizás anunciado por su ausencia,
como un bien deseado de todo corazón.
Pero, no obstante el aparente conocimiento universal de amor,
éste sigue siendo un misterio porque su don se substrae al control de la persona amada.
La razón no puede imponer que el amor sea dado, ni explicarlo una vez que es dado.
Ningún hombre que sea objeto de amor puede encontrar una justificación
al hecho de recibir una dedicación total, un compromiso, en el cual, quien ama, garantice ser fiel,
hasta el punto de preferir al amado antes que a sí mismo, incluso hasta la muerte.

Todos los hombres buscan el amor,
y sin embargo el don del amor es siempre más de lo que aguardaban o esperaban.
En su sentido pleno, implica una participación en la misma vida de Dios,
una infinidad de auto-donación al amado.
Ningún deseo o esperanza del hombre puede permanecer incumplido cuando Dios
se entrega a sí mismo a los hombres en el amor.

Los hombres deben sólo abrirse al amor y dejar que éste penetre
aún más profundamente en su corazón.
Al final, los justificados serán asidos sin reserva al misterio del amor sin límites
y les será dada la fuerza de responder sin reservas,
vaciándose plenamente de sí mismos para encontrarse plenamente con Dios.


Extraído del libro:
Dios, Padre Misericordioso

 


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