A veces nos irritamos por reacciones que
juzgamos exageradas de nuestro prójimo. Hacemos un pequeño
comentario, una broma y he aquí que la persona llora o se
vuelve demasiado agresiva con nosotros.
Una leyenda del desierto cuenta la historia
de un hombre que iba a trasladarse a otro oasis y comenzó a
cargar su camello. Colocó la alfombra, los utensilios de
cocina, los baúles de ropas y el camello aguantaba todo.
Cuando estaba a punto de partir, se acordó de una linda pluma
azul que su padre le había regalado. La fue a buscar y la
colocó encima del camello.
En ese momento, el animal no soportó el peso
y cayó muerto. "Mi camello no aguantó el peso de la
pluma", debe de haber pensado el hombre.
A veces juzgamos
de la misma manera a nuestro prójimo, sin entender que nuestra
broma puede haber sido la gota de agua que desbordó el vaso
del sufrimiento.
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