Hoy es el mejor día del año, se me ha dado gratuitamente otra oportunidad para disfrutar el inmenso don de vivir en este Paraíso que Dios nos ha regalado para amarnos los unos a los otros y poder ser feliz.
Hoy puedo luchar por hacer realidad mis sueños, deleitarme de la presencia de las personas que amo y que aún siguen conmigo, decirles y demostrarles lo valiosas que son para mí, porque mañana no sé si ellos o yo sigamos vivos, el futuro es incierto, nadie sabe lo que les traerá el porvenir.
Hoy es un día distinto al de ayer, el pasado no se repite ni da marcha atrás; pero en mis manos está el poder de hacerlo todo cada vez mejor, si lo intento y pongo lo mejor de mí; porque se me ha bendecido con dones, que puedo multiplicar en la medida que trabajo en ellos y los pongo al servicio de los demás.
Hoy es el mejor día del año, es el momento de perdonar a quienes me han herido, reconciliarme con Dios, la naturaleza y la humanidad; y más aún, es ahora cuando debo aprender a perdonarme esos errores que quizás con dureza suelo reprocharme y que hacen parte de mi fragilidad.
Hoy no perderé la ocasión de sonreír y dibujar sonrisa en los rostros que en el camino suelo encontrar; haré que mis palabras y obras dejen huellas que otros sigan y recuerden siempre con paz, y no cicatrices que hagan que no me olviden por el daño que les pude causar.
Hoy, mi corazón sigue latiendo, dando testimonio de que Dios me ama y está siempre conmigo; puedo comprobar lo fuerte que soy porque a pesar de los momentos difíciles que haya enfrentado aquí sigo, no me he rendido; se fortalece mi fe, se renuevan las esperanzas de encontrar lo que busco, alcanzar lo que espero y llegar hasta donde quiero; por eso, más que pedir, agradezco; no renuncio, creo, sigo. Vivo intensamente el presente porque es lo único seguro que poseo; por eso abro mis brazos a la vida y le sonrío.
Hoy es el mejor día del año, ¡Gracias Amigo! por permitirme vivir y así continuar, reparar, renovar, construir, intentarlo otra vez, dar y recibir amor, soñar y ser feliz.
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