Unos
animales que decidieron hacer algo heróico para responder
a los problemas de "un mundo nuevo". Entonces organizaron
una escuela.
Adoptaron un programa de actividades que consistía
en correr, trepar, nadar y volar. Para que todo resultara
mas fácil manejar, todos los animales cursaban todas
las materias.
El pato era un excelente nadando, en realidad mucho mejor
que su instructor, pero apenas se sacaba aprobado en volar
y era muy malo en las carreras. Como era lento para correr,
tenía que quedarse después de clase y también
dejar de nadar para hacer practicas de carrera. Esto siguió
así hasta que sus patas palmeadas se arruinaron y apenas
aprobaba natación. Pero aprobar era aceptable en la
escuela, de modo que nadie se preocupaba, excepto el pato.
Corriendo el conejo empezó al frente de la clase, pero
tuvo un colapso nervioso debido al intenso trabajo de entrenamiento
para natación.
La ardilla era excelente trepando hasta que se frustró
en la clase de vuelo donde su maestro la hizo arrancar desde
el suelo, en lugar de hacerlo desde la copa del árbol.
Así es que tuvo un calambre por exceso de ejercicio
y se sacó muy malas notas en trepar y correr.
El águila era problemática y la disciplinaron
severamente. Cuando se trataba de trepar a los árboles,
les ganaba a todos los compañeros de la clase, pero
insistía en usar su propia forma de llegar.
Al final del año, una lechuza anormal, que podía
nadar asombrosamente bien, y también corría,
trepaba y volaba un poco, tuvo promedio más alto y
pronunció el discurso de despedida.
Las marmotas de las praderas se quedaron fuera de la escuela
y se opusieron a la recaudación fiscal porque el gobierno
no quería agregar al programa cavar y esconderse. Pusieron
a sus hijos a aprender con un tejón y más tarde
se unieron las marmotas americanas y las tortugas de tierra
para iniciar una buena escuela privada.
¿Tiene
alguna moraleja
esta fábula?
George H. Reavis
Del libro "Otra Taza De Chocolate Caliente Para El Alma"
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