PASÉ
COMO FORASTERO Y USTEDES ME RECIBIERON
(Mateo 25, 35)
Roy Popkin
cuenta la historia real de un anciano que perdió el
conocimiento en una calle de Brooklyn y lo llevaron de emergencia
a un
hospital. Después de hacer algunas indagaciones, una
enfermera del lugar
pareció localizar al hijo del anciano, un marino que
trabajaba en otra
ciudad.
Cuando el
marino llegó al hospital ,la enfermera le dijo al anciano:
"Su hijo está aquí". El pobre anciano,
sedado por tanta medicina, levantó su
brazo tembloroso. El marino tomó su mano y la tuvo entre
las suyas por
varias horas. De vez en cuando, la enfermera le sugería
al marino que se
tomara un descanso, pero él rehusaba. Cerca de la madrugada,el
anciano
falleció. Luego que murió, el marino le preguntó
a la enfermera, ¿Quién era
ese hombre?
La enfermera
le dijo, ¿No era ese su padre?
"No",
dijo el marino, "pero vi que se estaba muriendo y en ese
momento él necesitaba a un hijo desesperadamente y por
eso me quedé".
¿CUÁNDO
FUE LA ÚLTIMA VEZ QUE HICE ALGO EXTRAORDINARIO PARA ACOMPAÑAR
A
ALGUIEN, SIMPLEMENTE PORQUE ESA PERSONA ME NECESITABA?
|