Si llevas las velas recogidas. Si llevas enrollada tu bandera. Si te sientas en la primera piedra. Si a la hora de la tempestad desistes de llevar el timón. Si a la hora del dolor emponzoñas y ahondas la herida. Si lo que trasmites es inquietud y desazón. Si a la hora de conocer y servir a Dios te apartas de Él. Si a la hora de hacer un recuento estás inconforme. No abres surcos, y anhelas siembra. ¿Por qué pides, si no sabes dar? ¿Por qué reclamas, si nada te sirve? ¿Por qué, si obras con egoísmo, vives con aturdimiento y rezas con indiferencia, le tienes tanto miedo a tu propio abismo? ¿Por qué si rechazas la luz de Dios y vives apagando las estrellas, le tienes tanto miedo a tu propia oscuridad? ¿POR QUE? |