Oscar Reutersvärd
in memoriam



Desde que nos conocimos en 1980, Oscar Reutersvärd me visitó cuatro veces e intercambiamos cientos de cartas. La última que recibí está fechada el 3 de abril de 2001. El siguiente pasaje es de esa carta:

Por varias semanas he estado activo, productivo e innovador. Sobre todo, estoy en la pista de una variedad de figuras imposibles bastante diferente y desconocida. Puedo verla con mi propia y disléxica visión interior: mezcla lo cercano y lo distante de una manera abrumadora. Espero poder seguir adelante y realizar este «descubrimiento». Hice varios intentos mediante prueba y error, pero aún no logré un resultado «creíble». Si tengo éxito, tal vez sea capaz de dibujar una torre Eiffel volteada de adentro afuera.

Reutersvärd tenía 86 jóvenes años cuando me escribió esto.

Le escribí tres cartas más. No respondió a ninguna, lo que no era habitual en él. En los primeros meses de este año recibí una nota de su hijo Pontus informándome la muerte de su padre el 5 de febrero de 2002. Ahora la historia de la muerte de Oscar se me aparecía claramente: su esposa Britt, que era pintora, había fallecido en agosto de 2001 y él había perdido el deseo de seguir viviendo. Cayó en la depresión y finalmente murió de un ataque al corazón.

Reutersvärd fue profesor de historia del arte y un artista muy versátil él mismo. En las plazas de varias ciudades de Suecia se encuentran esculturas abstractas suyas. En 1983 diseñó una serie de tres sellos con figuras imposibles para el correo sueco. Estaba interesado en la difusión de las fuentes tipográficas en el norte de Europa. Diseñó incontables laberintos, un tema no muy popular en Holanda, pero muy importante en Suecia y otros países.

Conocemos a Reutersvärd principalmente como el inventor de las figuras imposibles. Describió así su invención:

En el pre-universitario (1934), durante la lección de latín, hice un pequeño dibujo en el margen de mi libro de gramática. Traté de dibujar con la mayor exactitud posible estrellas con 4, 5, 6, 7 y 8 puntas. Un día dibujé una estrella de seis puntas con cubos en los lados; me resultó un dibujo curioso. Le agregué tres cubos más para obtener un triángulo; inmediatamente reconocí que era una figura paradójica.

A partir de ese momento, dibujar figuras imposibles se volvió una pasión. Luego de inventar el primer triángulo imposible (formado por cubos) siguió desarrollando no sólo variaciones sobre ese tema, sino que inventó virtualmente la totalidad de los tipos de figuras imposibles conocidas. Sus dibujos suman millares. Sus figuras imposibles nunca se encuentran decoradas con escenas realistas, pero siempre tienen fuerza gráfica y están totalmente balanceadas. Nunca usó una regla. Prefería dibujar sobre papel japonés o rugoso; ésta es la razón por la que sus líneas son tan característicamente vívidas.

Como persona, Reutervärd era un hombre encantador y amistoso. Para mí y para muchos otros fue un amigo bueno y generoso. Ahora es algo que nos falta: nos ha dejado. Parece imposible.

— HANS DE RIJK


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Hans de Rijk, el autor de este obituario, es más conocido por su seudónimo Bruno Ernst. Es el autor de «El espejo mágico de M.C. Escher», de quien también fue amigo personal.

Traducción al castellano: Diego Uribe.

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