La investigación se caracteriza por la actividad paciente y mesurada. Raramente constituye una actividad espectacular, y el investigador debe esperar desagrado y desánimo según persigue las respuestas a cuestionamientos difíciles. El investigador debe suspender su juicio para permitir que el análisis lógico de los datos conduzca a conclusiones válidas.

La investigación requiere a veces valor. El investigador debe ser de gran voluntad para seguir sus procedimientos y llegar a las conclusiones, incluso puede ser impopular y recibir desaprobación social.

El hombre a través de su historia a acumulado conocimientos y experiencias como producto de la práctica constante, efecto de una actividad sistematizada y de su observación de los elementos que le rodean y que necesita controlar para poder generar mayor conocimiento, esos conocimientos se superan a medida que avanza la investigación, de donde surgen nuevos planteamientos que integran, enriquecen o amplían la capacidad cognoscitiva del ser humano. En consecuencia el hombre no habría podido consolidar y trasmitir su experiencia, si no hubiera dominado un medio de comunicación de valor pleno, un medio de intercambio del pensamiento y este medio lo constituye el lenguaje. Lenguaje que trasciende con los medios de comunicación y la tecnología de avanzada, disponible ya en nuestro país y que a pesar que no es una tecnología desarrollada por nosotros, nos puede permitir generar nuevas tecnologías que nos permitan llegar al nivel de desarrollo sustentable y sostenible, donde cada individuo pueda participar en una sociedad racionalizada, y cada uno de ellos tenga un lugar desde donde pueda aportar.

De allí que la ciencia y la tecnología se erigen como pilares fundamentales de nuestro desarrollo, pues sus resultados, manifestados en nuevos conocimientos, productos y procesos, constituyen un avance de nuestra capacidad competitiva nacional e internacional y un aumento de empleos y nivel de bienestar de la población, retos productivos y sociales que enfrenta el país.

Por ello, aseguró, es indispensable fomentar un cambio en la cultura cientíco-tecnológica nacional, abandonando el viejo esquema que considera la investigación y la tecnología como un gasto oneroso, sin mayores utilidades en el corto plazo, o sustituyéndolo con una visión más integral de largo plazo, por lo que se debe considerar a la investigación y tecnología, como una inversión necesaria para el éxito en el actual entorno competitivo mundial. Donde el científico sea valorado, no por su capacidad intelectual, si no por su potencial de aportación al proceso de desarrollo, donde la sociedad vea reflejada su capacidad de conocimiento y de esa forma desarrolle una cultura, La cultura del conocimiento, que identifique como valor importante de su estructura, a los investigadores que luchan por aportar a la misma.

Cabe destacar que los profesionales de todas las ramas, investigadores en potencia, por su preparación, se encuentran lejos de acercar la tecnología a sus actividades, por mencionar una de ellas, Internet:

Veamos algunas estadísticas de esto:

Los profesionales Guatemaltecos en un 33% tienen interés en Internet y únicamente el 7% tiene acceso directo a Internet como medio de trabajo, y solamente el 24.6% creen que llegaran a tener una aplicación de este servicio en sus profesiones. Realmente no podemos más que preocuparnos ya que este servicio en el ámbito mundial ya es un asunto cultural que está siendo utilizado por personas de todas las profesiones y edades, por lo que resulta escalofriante pensar en una globalización económica, donde los profesionales no conocen herramientas para poder competir en ese esquema.

La tecnología constituye el brazo derecho del investigador, por si sola no representa ningún potencial de enriquecimiento científico, sin los investigadores La tecnología simplemente representa una herramienta, sin potencial ni proyección. Por otro lado, ninguna nueva tecnología, viene sin riesgos y desventajas y por si sola no constituye la solución o respuesta a los problemas del ser humano. Pero de cada uno de nosotros depende tener un role activo o pasivo en el proceso de la investigación.

Para terminar me gustaría dejarlos con el siguiente pensamiento:

No se pregunten que puede hacer la tecnología por ustedes, pregúntese que pueden hacer ustedes con la tecnología.