Se enfrentan científicos por teoría de evolución del
altruismo en animales
Fuente:
http://www.jornada.unam.mx/2008/01/22/index.php?section=ciencias&article=a03n1cie
Fecha: 22 de Enero de 2008
Edward Wilson, de la Universidad Harvard, resucitó la
teoría de la selección grupal.
La terminología “conduce a la confusión”, señala Richard Dawkins, de la
Universidad de Oxford, quien insiste en que lo importante es la selección
natural a nivel del gen, no del grupo.
Una guerra intelectual de palabras se ha desencadenado entre dos de los más
importantes evolucionistas del mundo. Richard Dawkins, de la Universidad de
Oxford, y Edward Wilson, de Harvard, tienen opiniones enfrentadas respecto
de la evolución del altruismo en el reino animal, y si fue resultado de algo
llamado selección grupal.
El sujeto de su disputa son los insectos sociales, las hormigas en
particular, que despliegan una forma suprema de altruismo cuando las obreras
estériles entregan la vida en favor de sus congéneres fértiles en la
colonia. La teoría darwiniana convencional no explica en realidad por qué un
individuo debe sacrificar su vida y sus preciosos genes para beneficio de
otro, excepto si se ve en términos de selección grupal, cuando los
individuos lo hacen para bien de la colonia o de la especie.
Sin embargo, hace casi medio siglo algunos científicos abrieron boquetes en
la teoría de la selección grupal y apuntaron a algo llamado selección de
parientes, en la cual el altruismo en las comunidades sociales evoluciona a
consecuencia de un individuo emparentado de cerca con otro miembro de la
misma colonia.
Insectos sociales como las hormigas muestran grados poco usuales de
vinculación con la colonia, en los que las obreras hermanas se relacionan en
forma más estrecha entre sí que con la descendencia que puedan tener. Por
ello se vio que era benéfico que las hermanas individuales sacrificaran su
fertilidad en favor de su hermana reina, por los genes que tenían en común.
Modelos matemáticos apoyaron la teoría de la selección de parientes, la cual
ganó prominencia porque parecía explicar la evolución del altruismo en las
hormigas y muchas otras especies. La selección grupal estaba acabada. Pero
ahora el profesor Wilson la ha resucitado en un libro referente a las
hormigas publicado este año, así como en una entrevista reciente con la
revista New Scientist.
“Si se examina la literatura referente a la teoría, existen un montón de
modelos matemáticos que impresionan la vista, pero apenas si logran medir
algo que se pueda aplicar a la naturaleza”, asegura.
Esta afirmación no ha sido del agrado del profesor Dawkins, quien, si bien
tiene respeto por Wilson, pasó gran parte de su carrera reventando el mito
de la selección grupal, el cual es anatema para la teoría del “gen egoísta”
que subyace en la selección de parientes.
En un artículo separado en New Scientist, Dawkins reconoce el “relato
característicamente fascinante” que hace Wilson de la evolución de los
insectos sociales, pero advierte: “Su terminología de ‘selección grupal’
induce a confusión, y la distinción que hace entre ‘selección de parientes’
y ‘selección directa de individuos’ carece de sentido”.
Lo que importa, insiste, es la selección natural a nivel del gen, no del
grupo. “Todo lo que necesitamos preguntar ante un rasgo de propósito
adaptativo es: ‘¿qué hace un gen para que ese rasgo incremente su
frecuencia’? Wilson da a entender, incorrectamente, que las explicaciones
sólo deben referirse a la selección de parientes cuando falla la selección
‘directa’”, explica.
Conceptos erróneos
“En ese sentido, cae en el primero de los que llamó
los ‘12 conceptos erróneos de la selección de parientes’, es decir, cree que
se trata de un tipo especial y complejo de selección natural, cuando no es
así.”
Dawkins señala que Wilson relega la selección de parientes a un capítulo
referente a la selección grupal en su libro Sociobiology, publicado a
mediados de la década de 1970. “Es evidente que la extraña fascinación de
Wilson con la ‘selección grupal’ data de muy atrás, lo cual es infortunado
en un científico que goza de merecida influencia”, manifiesta.
El profesor Wilson está convencido de que el tiempo le dará la razón y se
las quitará a sus críticos. “Estoy acostumbrado a la crítica, y ya en el
pasado se ha demostrado que yo estaba en lo correcto”, comentó.