Un paso al pasado prehistórico de la región

 

La Cueva del Elefante

-"Amalivaca, el padre de los Tamanacos, había cubierto las rocas de figuras simbólicas", y así las hemos encontrado. Mario Sanoja e Iraida Vargas.

-La cueva de El Elefante es, que se sepa, el único lugar en el país que presenta la asociación de pinturas con material cerámico y artefactos líticos juntos.

Guayana, tierra de grandes bellezas naturales e inagotables presenta, además de sus atractivas exposiciones naturales, lugares encantadores impregnados de historia, misterio, irrealidad y mucho atractivo geográfico. Uno de estos mágicos lugares es la conocida Cueva del Elefante, ubicada en pleno territorio guayanés y que como lo explican los profesores de la Universidad Central de Venezuela Mario Sanoja e Iraida Vargas en investigaciones arqueológicas en el Bajo Orinoco, publicadas acerca de este insólito pero único lugar.

La información que a continuación se presenta es el resultado del estudio del denominado "Proyecto Orinoco", cuyo estudio se inicia en el año de 1968, en las tierras de la Hacienda Cantarranas, cerca de Ciudad Guayana, donde se atribuyen razones y explicaciones de las migraciones prehistóricas desde tierra firme, en este caso Venezuela, hacia las Antillas.

La información recabada habla de la riqueza del suelo guayanés en cuanto a restos de un pasado indígena que es desconocido, más para quienes habitamos esta tierra que para el resto del mundo, que requiere de esta información para saber el porqué de la ubicación y de los movimientos generales del ser humano sobre el planeta.

A pesar de que el encuentro con esta historia se realice cada vez que un turista recoge un pedazo de cerámica o se pasea por el lugar descubriendo la historia, no basta, entrando en juego la necesidad de explicar las razones y en este tema en especial, saber quienes fueron nuestros antepasados y como habitaron el territorio en el siglo XXVIII.

Cuentan los profesores en sus investigaciones que el origen del rescate de este sitio se inicia con las excavaciones para la construcción de la urbanización los Olivos, en el sector oeste de Ciudad Guayana, en la margen izquierda del Caroní y en el comienzo de las obras de la Represa de Guri, puntos que fueron tratados el 11 de diciembre del año 1967, en la biblioteca de la CVG con la finalidad de plantear la fecha de comienzo de la operación rescate de la fauna y de los petroglifos que se encontraban en el cauce del Caroní, aguas arriba de la presa de Guri.

 

Aspectos técnicos y de ubicación

La Cueva de El Elefante, luego de las investigaciones se encuentra ubicada específicamente en una formación rocosa que lleva el mismo nombre, y el promontorio donde se encuentra la Cueva es de forma cónica de una altura aproximada de 70 a 80 metros sobre el nivel de la sabana, a 42 kilómetros de Puerto Ordaz, sobre la carretera Ciudad Guayana – Guri.

De manera textual y según las dimensiones de estos investigadores la entrada de la cueva se abre sobre una explanada situada sobre la cara oeste del promontorio y es visible desde allí, en la lejanía el río Caroní. El acceso es fácil, tanto a pié como en rústico por la ladera que da hacia el oeste, donde la pendiente es menos pronunciada.

Indicaban los profesores que en el inicio del proyecto la entrada de la cueva estaba parcialmente oculta por un bosquecillo de arbustos, espinos y cardones. El paisaje que rodea el lugar es típicamente de sabana, y como detalle peculiar, dentro y alrededor del promontorio abundan los conocidos Morrocoyes o quelónios, los cuales han contribuido un poco a la alteración de la estatigrafía del sitio, debido a que estos animales al buscar refugio y huir de sus captores remueven la capa de tierra fina y de cenizas que recubren el lecho rocoso de la cueva así como también lo hacen en igual forma los depredadores al tratar de ubicar a sus víctimas.

 

 

 

Forma de media luna

 

Entre las características del lugar se toma que posee una forma de media luna, hallándose un alcance de 20 metros de profundidad a partir de la parte media, siendo el ancho máximo en la entrada de 50 metros. Justo en dicho lugar la cueva posee una altura de seis metros, la cual va disminuyendo paulatinamente hacia el fondo, donde finalmente el techo se une al piso en un ángulo muy agudo.

Esta cueva en particular, según los estudios y comparaciones en la región y el continente, posee ciertas características que la diferencian de los hallazgos realizados en épocas anteriores de otras cuevas de la región guayanesa, donde unas no reportan ningún otro vestigio cultural asociado con las pictografías de la cueva pintada y en otras se habla sobre la presencia de "varios tiestos de panza, al parecer arqueológicos" casi aflorados en el piso de la Cueva El Carmen.

En El Elefante se hallaron igualmente pinturas rupestres pero asociadas en este caso con cerámica barrancoide y posiblemente arauquinoide, así como también un complejo de artefactos líticos de manufactura rudimentaria. Dadas las circunstancias y los elementos descubiertos y asociados los investigadores le confirieron gran importancia, ya que hasta el presente han sido pocos los sitios arqueológicos de Venezuela y la América del Sur donde se haya podido encontrar el arte rupestre en asociación con otros restos arqueológicos que pudiesen servir para plantear la filiación de dichas representaciones con algunas de las culturas indígenas prehispánicas.

 

El proceso de las excavaciones

Para llegar a los resultados obtenidos hoy, se realizaron procesos de excavaciones que fueron delimitados y programáticamente fragmentados, de donde resultaron cantidades regulares de fragmentos de cerámicas, lascas y otros materiales líticos, así como restos de fauna.

Luego de minuciosos estudios sobre lo encontrado, manifiestan los profesores que la tipología de los artefactos líticos que forman parte de lo hallado no se corresponden ni con la de los sitios paleoindios conocidos en el occidente de Venezuela, ni con los hallazgos realizados en diversos sitios del estado Bolívar. En ambos casos, la tipología de los artefactos líticos esta muy bien definida, puntas, cuchillos, raspadores, y en general hábilmente trabajados.

 

Cerámica barrancoide

En el aspecto de la cerámica se llegó a la conclusión de que presenta esta cueva una relativa diversidad de tipos que permiten plantear la relación de algunos de los posibles grupos de aborígenes pre hispánicos que habitaron el sitio, con las principales tradiciones cerámicas que se desarrollaron en el medio y bajo Orinoco.

 

Las pinturas rupestres de la Cueva

Acerca de las múltiples maneras de comunicarse el hombre, a través de los siglos, se ha caracterizado por sus procedencias y manifestaciones, y el en caso de Venezuela, es especialmente el estado Bolívar donde se han hallado, pero sin embargo luego de los estudios efectuados, la cueva del Elefante es, que se sepa, el único que presenta la asociación de pinturas con material cerámico y artefactos líticos.

La casi totalidad de las pinturas en la cueva se encuentran localizadas sobre el fondo de la misma, formando una especie de panel continuo con una longitud aproximandamente de 38 metros y de un ancho de 2 a 3 metros. La mayoría de las pinturas son esquemáticas, algunas con figuras de animales y humanas muy simplificadas, al igual que símbolos y emblemas muy simples. Al parecer los dibujos fueron realizados utilizando un pigmento natural, y por la dureza del mismo pareciera ser ocre. Una minoría de los motivos pictóricos, sobre todos los que se encuentran en las partes más protegidas de la cueva, se hallan perfectamente conservados. El resto, principalmente los que aparecen ubicados sobre la parte posterior del techo del abrigo y en las partes más expuestas, han sido afectados parcialmente por el escurrimiento de las aguas de lluvia y el desprendimiento de parte de la superficie de la roca.

Aún cuando aseguraron no poder aseverar, por lo prematuro de las investigaciones, acerca del significado de las pinturas rupestres de El Elefante, los investigadores agregaron que posiblemente poseían una finalidad mágico religiosa.

Finalmente, en este estudio realizado tanto a la estructura de la cueva, así como a sus descubrimientos, los resultados efectuados a las pruebas a través del carbón vegetal enviados a Norteamérica dieron una fecha posible de ocupación del lugar, la cual fue de 1.460 años después de Cristo, lo cual referiría que la Cueva del Elefante estuvo ocupada por grupos aborígenes hasta varias decenas antes del descubrimiento de América.

Sin embargo aclararon al final de las investigaciones Sanoja y Vargas que debido a la diversidad de restos arqueológicos que se han hallado en la cueva, y a la alteración de la estratigrafía, el fechado absoluto mediante el carbono 14 no permite precisar con exactitud la serie de ocupaciones humanas.

Por último, y como buen dato fidedigno de la Cueva de El Elefante, si bien es cierto que las visitas de personas al lugar han deteriorado las muestras, se debería partir de realizar un control del lugar, colocándolo en uno de los sitios turísticos de gran importancia, y de alguna manera preservar este punto de concentración y referencia histórica de la región.

 

 

Tomado del artículo "La Cueva del Elefante" de la periodista Ruth Jiménez Ramos del periódico Nueva Prensa de Guayana, edición del 05 de diciembre de 1998.

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