A la Comunidad Universitaria y Nacional:
Los estudiantes movilizados de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, frente a lo sucedido en el día de ayer durante la jornada de ocupación pacífica y simbólica de las dependencias de los Servicios Centrales de la Universidad, declaramos:
1.- El más absoluto repudio de la actitud del rector en relación a la decisión de desalojar a los estudiantes por medio de la fuerza pública. Este acto demuestra una vez más la intransigencia de la autoridad y la nula capacidad de diálogo que nos obliga a tomar medidas extremas para así ser escuchados. Nos parece irrisorio la sorprendente aparición de dos diputados de la nación dispuestos a dialogar e interceder por los estudiantes mientras el vicerrector económico Patricio Basso, atrincherado cobardemente en su oficina, se negó sistemáticamente a recibir a los estudiantes y representantes de la Afuch. Esto se condice con las ya clásicas prácticas de las autoridades cuando se ven incapaces de enfrentar toda adversidad, recurriendo a una lógica que, en algún momento histórico, denunciaron y condenaron enérgicamente.
2.- A pesar de la decisión de no oponer resistencia violenta al desalojo, los estudiantes fuimos expulsados agresivamente por la fuerza pública, con el consiguiente resultado de lesiones físicas propias de acciones de estas características. Además, debemos denunciar la gravísima violación de la autonomía universitaria por parte de un contingente de carabineros que hizo ingreso desautorizado a nuestra querida y respetada facultad, mediante golpes a los estudiantes y destrozos al inmueble. A esto se suma la verdadera cacería de la que fuimos víctimas dentro del recinto, cuyo resultado fue la detención de un número considerable de estudiantes que no tenían directa vinculación con la toma de la torre 15.
3.- Por último, queremos dejar en claro que no nos dejaremos intimidar por un rectoría que se escuda en el uso de la fuerza desmedida, que pretende crear condiciones ficticias de violencia por parte de los estudiantes que puedan justificar dichas prácticas. Todo esto no nos hace sino reafirmar nuestra convicción de que el cuestionamiento dirigido a las autoridades es legítimo y real, y que las garantías que ellas puedan ofrecer para toda solución tanto del conflicto como de la crisis universitarias son inexistentes.
4.- Finalmente hacemos un llamado a la Comunidad Universitaria a tomar conciencia del gravedad de lo sucedido y del matiz que el conflicto está alcanzando. Es evidente el entrampamiento, que hoy en día significan las máximas autoridades, tanto para la reconstrucción de la Comunidad Universitaria como de toda posible solución que requiera nuestra Universidad para enfrentar los difíciles momentos que hoy vive en su totalidad. Es por ello que debemos en conjunto repudiar estos hechos y recalcar la importancia de lo que está en juego, la posibilidad histórica de recuperar la Universidad de Chile para Chile.