Estos textos son aportaciones de algunos compañeros, integrantes del taller literario "Cantera Verde", de la Biblioteca Pública del Estado de Oaxaca (México)
CELEBRACION
Para ti, Inés
La amo porque no tengo duda alguna. La amo de una manera irresponsable, sin respeto. La amo porque los dioses me lo ordenan, porque he visto su boca, porque he visto su pelo. La amo porque no tengo más remedio: porque despunta el alba y ella nace. Porque nazco. Porque los dos nacemos. Y he de seguirla amando, así, irresponsablemente. Y la he de amar para que el tiempo viva. Para vivir los dos, para seguirla amando. Voy a cambiar de voz, pero no de palabras. Te amo porque eres inusitadamente hermosa. Y te amo, también, porque te amo. Y basta. Te amo porque si no fueses delirio de mi imaginación, entonces Dios existe. Te amo porque si tú lo propusieras mi desgracia infinita se volvería infinita ternura. Voy a amarte, lo juro, y entonces, cuando te tenga cerca, y tenga frío, y también sienta miedo (porque el miedo siempre nos arrebata cuando estamos tan solos), sabrás que al pronunciar tu nombre religiosamente, de mi boca saldrán sólo palabras dulces. Dirán de tu voz: nido de ruiseñores invisibles. De quienes no has amado: fantasmas de odio mordiéndose a sí mismos. Del vaivén de tu pelo: un navegante loco que se acerca al templo de tu playa y que es templo y playa y cielo al mismo tiempo. Y para terminar, debo decir que naces tú y nace esa muchacha vestida de colores que se llama la vida. Que la tristeza que ilumina mi vida se hace otra y se ilumina con el fulgor divino de tu risa... Y apuesto (las apuestas están siendo en mi contra) a que eres tan hermosa como un golpe de suerte, como el triunfo, como nunca sentirse desolado, y que por todo eso te volviste mi vicio irrepetible. Volvamos al principio: te amo porque te amo, y basta. Te amo porque si no existiera Dios existes tu...
Ignacio Trejo Fuentes
PARA INMACULAR A UNA PUTA
Se empieza a henchir la tarde de rayos ausentes: conglomeraciones de flores llenas de oscuridad comienzan a brotar: es la hora de las siluetas que salen a exigir su lugar con sus cuerpos absortos por la penumbra que dejan entrever sus laberintos carnosos: ellas llegan puntuales al ritual de la noche. Es la hora de las geometrías rodantes que vestidas de acero saltan de la avenida, entre neumáticos se escuchan las historias que sus rines delatan: tantos rodar por donde siempre, tantas ansias del viernes por la noche, tantas lenguas corpóreas, frías. Pero ellas ya conocen de esos secretos, están hartas, hartas de todo, del grito que escupe la boca de su estómago, del que traga su cuerpo. Por eso ellas, las muchachas olvidadas que habitan las esquinas, que se incrustan en la acera cuando la noche deja caer su Iengua en su taconear monótono, en su oleaje nalgoso, en el trueque de vida, son. Y esta noche han decidido gritar para entumecer el aire. Remendar sus sueños, volar hasta estrellarse con la vida. Esta noche han resuelto perpetuarse, extender su último trozo de pureza, multiplicarlo, liberarlo, por eso tocan de puerta en puerta, de reloj en reloj, hasta que nazca el cuentagotas del día.
Omar Díaz Morgan
A MARION
CUANDO CAIGA LA NOCHE
y se siembre de estrellas,
tan
lejos,
en tu casa bordada de verde
y blanco,
entreabre la puerta de
tus sueños
y deja que entre
este ángel azul
que viene
de Ocotlán,
pueblo de sol
situado en un pequeño valle
donde las casas son de tierra
y todos los niños como él
como tú,
tienen un perro.
Este ángel te ha venido a
buscar
para inventar contigo
historias de su pueblo
y el tuyo;
para quererte mucho.
Como no conoce la nieve
quiere mirarte en ella,
Ya le he dicho
(y él está ansioso por confirmarlo)
que
eres igual
a un clarísimo tallo de agua,
que tu rostro es una
flor
de cera y miel.
También sabe que ríes
con risa de
pulsera,
y que cantas las canciones
más lindas que se hayan
escuchado jamás.
El, a diferencia de otros,
comprenderá todo lo que tú digas
porque en los
sueños
todo es posible,
y como siempre es tiempo de soñar
déjalo gozar contigo
la alegría de ser amigos.
Araceli Mancilla
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