Hace
un tiempo escribí que hablar sobre el Amor no era compartirlo sino desnudarlo. Sigo creyendo que es así.
Pero bendeciré eternamente poseer
aún la facultad de amar. Me hace muy feliz
saber que es un don que se conserva. Así como se conserva, para
siempre, el Amor en el corazón aunque su destinatario ya no esté...
En cada uno de mis cuentos inmortalizo algún Amor y algún
momento compartido.
No hago nombres, no necesariamente tiene que tenerlo. Se llamó Amor
y se seguirá llamando así siempre.
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