Hermoso caballero

                      a Carlitos


Tengo un pequeño jinete
que clava sus talones en mi pecho,
y con mis muecas de dolor se divierte
y su risa me deja satisfecho;
mi hermoso caballero
y su pequeño mundo,
tan frágil, tan inocente, tan ligero;
es a la vez tan poderoso
que con una sola mano, al tomar con sus deditos
mi dedo índice, me hace suyo.

Apenas y caminar sabe
pero juega a que corro para atraparlo,
y mi corazón en el pecho no cabe,
y no me queda más que alzarlo en brazos para besarlo.
Le gusta saber que es querido,
y le gusta jugar con el perro, correr tras su pelota
le molesta quedarse dormido,
porque siente que pierde tiempo cuando el juego le agota
y le domina el sueño
y cerrando sus ojitos con la carita sucia
se duerme mi amo, mi jefe, mi dueño.

Señor, mientras veo por la ventana
que mi jinete se tiene que marchar
te pido que su ángel de la guarda
no lo abandone, y que le enseñe a amar;
mientras espero ansioso
otro día verlo llegar
y que mi jinete, mi niño hermoso
me extienda sus brazitos
para hacerme entender que quiere de nuevo cabalgar.



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