charcas intermareales

 
Con nuestro sencillo equipo al hombro, llegamos a la playa un buen rato antes de que llegue la hora de la bajamar, así tendremos tiempo de sobra para ir recorriendo la playa y las rocas, explorando las charcas y las grietas. La vida marina es aquí rica y variada y podemos observar claramente el fenómeno de "zonación".
La "zonación" hace referencia a la distribución de animales y plantas en "zonas" o franjas específicas y bien delimitadas en función de sus propias particularidades y de las características del medio físico en que viven.
El concepto de zonación es muy importante en sí mismo por el simple hecho de que implica una adecuación de la zona elegida por cada grupo de animales y plantas a sus propias necesidades vitales. No todos los seres marinos pueden soportar fácilmente cambios radicales en las condiciones de su entorno, aunque la mayoría de los que encontraremos en estas zonas de charcas intermareales suelen encontrarse entre los más resistentes a las alteraciones bruscas en su medio.
La consecuencia más inmediata de todo ésto es que en diferentes lugares del litoral, dependiendo de las condiciones reinantes, encontraremos diferente animales y plantas.
La idea a subrayar en este asunto de la zonación es la necesidad de conocer la forma de vida y hábitos de los animales o plantas que recolectemos para nuestros acuarios. En la aparente uniformidad de hábitat de las charcas intermareales, subyace una inmensa y sutil variedad. Este conocimiento es fundamental a la hora de decidir cuales son las condiciones idóneas para montar el hábitat artificial en el que tendrán que vivir los especímenes que capturemos. (ciertos animales/plantas necesitarán fuertes corrientes de agua y otros vivirán en sitios de agua calma, algunos preferirán luz intensa y otros zonas sombrías, etc)
 
La vida en el litoral
Las distintas especies de animales y vegetales están habituados a vivir en su medio natural bajo unas determinadas condiciones que son consecuencia directa del efecto de diversos factores: luz, salinidad, temperatura, pH, sustrato, oscilaciones de las mareas, exposición al oleaje, disponibilidad de alimento, etc.
La actuación conjunta de todos estos factores condiciona de forma definitiva la distribución de los seres vivos marinos a lo largo de la franja litoral.
Así por ejemplo, en una costa rocosa muy batida, la vida quedará limitada a los animales y plantas capaces de soportar el efecto de las olas y del viento, pero en una costa abrigada podrán vivir perfectamente una mayor variedad de especies.
En la zona costera, los movimientos de las mareas son sin duda el elemento que más influye en esta distribución, ya que los ciclos de subida y bajada del mar influyen directamente sobre todos los demás factores.
La mayor parte de la superficie litoral quedará cubierta o descubierta por el mar cada 12 horas, pero su parte más alta sólo quedará completamente cubierta unos pocos días cada mes, o sea, durante las mareas vivas. En el extremo opuesto, la parte más baja de la zona litoral sólo quedará descubierta durante esos mismos días.
Cuando la marea está alta, la temperatura en la superficie cubierta por el agua se mantiene más o menos constante, y en las charcas intermareales, ahora en contacto con el mar, no hay deshidratación y el contenido de Oxígeno se mantiene constante. Cuando baja la marea, la superficie litoral va quedando descubierta y queda expuesta a las flutuaciones de temperatura del aire y a la radiación solar, que puede calentar rápidamente rocas y arena.
En los días cálidos, en las charcas litorales aisladas en la bajada de la marea, se pierde agua por evaporación con el consiguiente aumento de la salinidad; en el caso de que llueva, la salinidad disminuye. Las variaciones de temperatura afectan además al contenido de Oxígeno en el agua retenida en las pozas.
 
Charcas intermareales
En las costas rocosas que presentan estratigrafías inclinadas aparecen, por efectos de la erosión, grietas y hendiduras de mayor o menor tamaño que estando en contacto con el mar representan un magnífico hábitat para diversas especies de animales y plantas.
En la franja litoral, con la bajada de la marea, estas hendiduras quedan aisladas y se convierten en charcas que retienen el agua del mar con todos los organismos que hayan quedado atrapados en su interior.
La marea sube y baja y los animales y plantas aislados en las charcas sufren las consecuencias. Durante unas horas, más o menos según la marea sea normal, viva o muerta, las condiciones vitales del hábitat (salinidad, temperatura, nivel de oxígeno, etc.) se alteran en mayor o menor grado. No obstante, las charcas de niveles medios o bajos en la zona intermareal experimentan un continuo intercambio de agua a cada flujo de marea y generalmente contienen una rica y variada selección de organismos costeros.
Hay un gran número de especies reunidas en un mismo lugar, y, aunque muchas de ellas tomadas dos a dos, tienen pocas relaciones individuales, el conjunto de relaciones que se establece entre todas ellas, es de una gran complejidad.
Una charca marina en la zona intermareal es un ecosistema bastante bien definido por el hecho de tratarse de un medio limitado y poblado por especies acuáticas que no pueden vivir, en su mayoría, en el cercano medio terrestre costero, lo que facilita en gran medida el estudio de las complejas relaciones que se dan en su interior.
Hay una gran variedad de algas, incluso microscópicas, que utilizan la energía de la luz solar y extraen sustancias nutritivas del agua del mar. A su vez proporcionan alimento a los bígaros, a las lapa o a otros herbívoros. Los carnívoros como la estrella de mar, los peces y los caracolillos bucinos se comen a los herbívoros. Y también hay cangrejos, camarones y otros animales que comen plantas y animales. Los cirrípedos y los mejillones consumen pequeñas partículas alimenticias que quedan flotando, que pueden ser animales y plantas diminutos o restos variados.
 
 

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