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no
es quererte en la muerte.
Chupar,
tu vida, amante,
para
que lenta mueras
de
mí, de mí que mato.
Para
agotar tu vida
como
una rosa exhausta.
Color,
olor: mis venas
saben
a ti: allí te abres.
Ebriamente
encendido,
tú
me recorres. Toda,
toda
mi sangre es sólo
perfume.
Tú me habitas,
aroma
arrebatado
que
por mí te despliegas,
que
como sangre corres
por
mí: ¡que a mí me pueblas!
Vicente
Aleixandre
(España) |